Silvia Navarro Vive su mejor momento
En jeans, camisa blanca y botas negras de gamuza llega Silvia a maquillaje para retoque. Es de noche y está por grabar las últimas escnas del día en Mañana es para siempre. Cualquier secuela de cansancio la borrará Crème de La Mer y la base de maquillaje de Lancôme.
Desde hace tres meses, Televisa es su nueva casa, y los que entran y salen del foro 9 son su famili: Lucero, Fernando Colunga, Sergio Sendel. "Confío en que la convivencia se dará poco a poco, apenas estoy conociendo a la gente", dice la actriz.
Compartir créditos con los grandes y en horario estelar es todo un reto. "Me encanta observar a Fernando y aprender. Siempre lo he admirado", dice Silvia. Mientras, su enemiga en la trama, Lucero, ha sido un gran soporte. "Es una mujer encantadora y hace que todo sea más sencillo. Siempre tiene palabras de aliento para calmar mis nervios diciéndome que aquí se viene a jugar y que me lo tome con calma, que es un proceso." Comentarios como éste, Silvia los agradece muchísimo porque aunque en Azteca alcanzó a hacer siete protagónicos, aquí es la nueva de la clase.
La primera vez que cruzó los pasillos de Televisa sintió todas las miradas sobre ella. No sabía exactamente si la vibra era positiva o negativa.
"Pensé que todos se preguntaban '¿Y para qué la trajeron aquí?'. La verdad, parecía que la gente esperaba que mis escenas quedaran a la primera toma, que no cometiera errores y no entorpeciera el trabajo de los demás", agrega.
"Mucha gente creía que yo era la consentida en Televisión Azteca y que dejaba todo por nada con este cambio, pero no fue así. Sí, era la que más trabajaba y las oportunidades que me ofrecieron fueron maravillosas, sin embargo, necesitaba un cambio radical. En estos momentos me interesa la internacionalización, a los niveles que sólo esta empresa puede alcanzar".