Obama y McCain a la recta final
El demócrata Barack Obama y el republicano John McCain aceleraron el ritmo de sus campañas en los estados más competidos a sólo días de las elecciones, en un gran esfuerzo final que incluye un diluvio de anuncios televisivos el fin de semana. Mientras tano, los electores están acudiendo en masa a las urnas en los estados donde está permitida la votación temprana, rompiendo el récord histórico con más de 20 millones de votos en total.
"Confío en nuestra victoria. He participado en gran número de campañas electorales, y el entusiasmo es extremadamente importante, más que en cualquier otra campaña en la que haya participado", declaró McCain a una cadena de televisión desde Ohio, uno de los estados clave de la elección, que recorría el viernes en autobús.
McCain, de 72 años, exulta confianza a pesar de los sondeos que lo ponen una y otra vez por detrás. La media de sondeos nacionales le da una ventaja de 6,5% a Obama, según el sitio realclearpolitics.com.
"Nos sentimos bastante optimistas sobre lo que vemos en esta carrera electoral", afirmó el jefe de campaña de McCain, Rick Davis, al augurar una sorpresiva recuperación en las horas finales.
El republicano ha ido endureciendo y simplificando su mensaje en los actos electorales: las relaciones de Obama con activistas de extrema izquierda, su presunta intención de aumentar los impuestos y la poca experiencia de su rival centran sus ataques. Por su parte, Obama muestra una serenidad a prueba de bombas, ante una audiencia que se cifra en decenas de miles de personas allá por donde pasa, mucho más amplia que la de su rival. El demócrata, que a sus 47 años podría entrar en la historia como el primer presidente afroamericano de Estados Unidos, machaca una y otra vez los vínculos de su rival con George W. Bush, el mandatario con los peores índices de popularidad que se recuerdan en el país. "Tenemos la oportunidad de demostrar que hay algo más poderoso que la política del todo vale: la voluntad del pueblo estadounidense", dijo Obama en su acto en Des Moines, Iowa. El senador demócrata ofreció que si triunfa, desmantelará "de una vez por todas" las políticas divisorias y trazará un nuevo camino de unidad nacional.
mócrata apeló al ex vicepresidente y Premio Nobel de la Paz, Al Gore, para que volviera a Florida, el estado donde en 2000 perdió por un puñado de votos frente a Bush. McCain apeló por su parte al gobernador de California, Arnold Schwarzenegger, y al ex alcalde de Nueva York y rival en las primarias, Rudolph Giuliani, para que lo acompañen en Ohio. También envió a su compañera de fórmula, Sarah Palin, a Pennsylvania, otro estado arduamente en disputa. La estrella de la gobernadora de Alaska parece apagarse irremediablemente: según un sondeo de The New York Times/CBS, 59% de los votantes cree que Palin no está preparada para el cargo, nueve puntos porcentuales más que desde el principio de mes. Los republicanos cuentan con lanzar una agresiva campaña televisiva este fin de semana para intentar atrapar la ventaja mediática de Obama. Obama se gastó cerca de $21.5 millones entre los días 21 y 28 de octubre, mientras que la campaña de McCain gastó $7.5 millones, anunció el Proyecto sobre Publicidad de la Universidad de Wisconsin. Mientras, el campo de Obama se dispone a difundir intensamente mensajes en varios estados, entre ellos el de McCain, Arizona, explicó a la prensa su director de campaña, David Plouffe. Más de veinte millones de estadounidenses, en su mayoría demócratas, ya participaron anticipadamente de las elecciones presidenciales, según los datos suministrados el viernes por la universidad George Mason en Fairfax, Virginia. En total, unos 130 millones de votantes podrán sufragar en esta elección del 4 de noviembre, para la cual se espera una participación récord.