Nelson Vargas Entrevista exclusiva
En julio del año pasado Nelson y su hija pasaron juntos unas largas vacaciones en Europa. Conversaron, rieron, conocieron lugares… La felicidad de papá e hija no podía ser más grande. Nunca sospecharon que dos meses después esa alegría se transformaría en la peor angustia por la que puede pasar una familia.
“Su mamá dejó que se fuera conmigo todo un mes. Mi chiquita es muy buena diseñadora, precisamente iba a estudiar eso, diseño de modas. Hacía muchos dibujos; tengo muchos en mi casa”, dice con una sonrisa de padre orgulloso.
Poco después de regresar de sus vacaciones, la niña de 17 años se inscribió al último año de prepa. Todo iba bien hasta que el 10 de septiembre, Silvia, Silvita, fue secuestrada de camino al Alexander Bain. Unos delincuentes la interceptaron mientras conducía su Ford Escape negra. Desde entonces no se ha sabido nada de ella.
Al poco tiempo, los que se llevaron a la pequeña se comunicaron con la familia y solicitaron que pagaran un rescate porque, de lo contrario, no se las regresarían. Los Vargas estaban dispuestos a darles cierta cantidad de dinero pero el teléfono no volvió a sonar.
Nelson Vargas, dueño de los centros deportivos que llevan su nombre y ex director de la Comisión Nacional del Deporte, no puede creer que dos meses antes, sólo dos meses antes, estaba al lado de su hija.
“Es una niña feliz pues tiene una vida por delante –medita un momento y continúa, en presente–. De verdad que es difícil hablar de esta tragedia, tengo mucha fe y con tal de que ella regrese, yo sería capaz de dar mi vida”, nos dice mientras contiene las lágrimas.
LA FAMILIA TRABAJA EN EQUIPO
El ex nadador olímpico conoció a Silvia Escalera, madre de Silvita, cuando le daba clases de natación. Era una de sus mejores alumnas, relata en Más aciertos que errores. Una pasión incansable, la autobiografía que publicó hace algunas semanas y en la que también cuenta que se enamoró de la mujer con la que más tarde, al inicio de los años setenta, decidiría formar una familia.
El primero en nacer fue Nelson, ahora de 35 años, luego llegóFernando, que tiene 33, y más tarde la pequeña Silvia, quien habría cumplido 18 años durante su cautiverio.
“Adoro a mi familia pero no he sido el padre que está con los hijos permanentemente, precisamente por el trabajo. Mi primera esposa lidió con mis chamacos todo el tiempo”, platica Nelson durante la entrevista realizada en la oficina de su empresa.
En 1996, tras 25 años de matrimonio, Silvia y Nelson se separaron porque él le dedicaba más tiempo al trabajoque a su familia. En su autobiografía reconoce que durante muchos años estuvo obsesionado con hacer crecer su empresa y que esto motivó el divorcio.
A pesar de sus diferencias, el secuestro de su hija los unió, pues formaron un equipo para buscar y traer a casa a su pequeña. “Tuvimos que dividirnos porque la empresa era un caos, su madre y mi hijo Nelson se dedican específicamente a buscarla y Fernando y yo nos ocupamos de la empresa, pero siempre en contacto por si necesitan algo”, nos dice Nelson Vargas.
LOS OTROS HERMANOS DE SILVITA
Luego de la separación, Nelson vivió unos años en un departamento y más tarde decidió comprar una casa. Es ahí donde conoció a Corina Boulton, una venezolana que le robó el corazón luego de venderle la propiedad. Se casaron en diciembre de 2002.
En el libro, el empresario también cuenta que Corina le “ha enseñado que cuando se ama lo único que importa es servir. Para ella no hay otra cosa mejor que su compañero, que éste realmente se haya realizado en todos los aspectos. Fue una nueva forma de vida que no conocía […] Jorge Luis, Inés y Guillermo, hijos de Corina de su anterior matrimonio, se han unido a Nelson, Fernando y Silvia”.
Nelson siente un cariño especial por Inés, quien se convirtió en la hermana que Silvita nunca tuvo: “Ella fue su mejor amiga, su confidente, se platicaban todo y siempre estaban juntas”, cuenta.