Alex de Maná Inaugura su primer restaurante
Entre los flashes de las cámaras y el calor de la multitud, el baterista de la banda mexicana Maná inauguró su primer restaurante en Nueva York, un local de comida italiana que forzará a la gente a ''dejar sus problemas fuera de la puerta''. ''Me gustaría que cuando la gente entre aquí se encontrara con un ambiente muy relajado, muy cálido, que se echaran unos buenos tragos, unos martinis y disfrutaran de una deliciosa comida italiana moderna'', dijo Alex González durante la inauguración de De Santos en el West Village de Manhattan. El músico relató que él y sus socios tardaron tres años en dar con el local perfecto en la Gran Manzana y expresó emoción de haberse instalado en un barrio bohemio, lleno de artistas y escritores y abrir De Santos en un edificio con un intenso pasado musical. ''En el 68 Janis Joplin rentó uno de los departamentos de aquí arriba. Aquí venía Jimi Hendrix y el debut de Diana Ross fue en el sótano de este edificio'', indicó González, ataviado en un moderno traje negro y zapatos blancos y con una sonrisa. ''Tiene un historial tremendo, siempre ligado a la música''. De decoración rústica, suelo de madera y una terraza cubierta, De Santos ofrecerá platos como palomitas de camarón o filete con salsa verde de ciruela coronada con queso de cabra por precios que rondan los 20 a 27 dólares. Por supuesto al local, ubicado en el 139 Oeste de la calle 10, no le faltará buen rock & roll, house, jazz y música ''chill out'', dijo el baterista. De hecho, el lema de De Santos es: ''Porque la comida sabe mejor con música''. Este el primer restaurante que González abre en Estados Unidos junto a sus socios Luis Miguel Amutio, Roberto Polesello y Aldo Aldo. Los cuatro gourmets dirigen otros establecimientos en Puerto Vallarta y Guadalajara y planean abrir un local más en San Pancho próximamente. ''Pretendemos manejarlo como una gran familia, en un ambiente amistoso'', comentó Amutio. González quiso dar al local neoyorquino un toque personal incluyendo tres bebidas en el menú con el nombre de sus hijas: Rafaela, Miki y Antonela. ''Yo soy músico, así que yo sólo me meto en una parte, como la arquitectura, ciertas cosas de diseño, la música, los platos, dar ideas aquí y allá, pero ellos son los que operan el barco'', comentó el baterista de padres cubano-colombianos. Tras el éxito del más reciente álbum de Maná, ''Arde el cielo'', y de la gira ''Amar es combatir'', los miembros de la banda se han tomado unas vacaciones. Sin embargo, esperan empezar a trabajar en su nuevo disco la semana entrante, señaló González, quien prefirió no adelantar nada sobre la producción. ''Ahorita estamos como un pintor. Tenemos el 'canvas' (lienzo) y no sabemos ni qué colores ni qué temática ni nada'', comentó. ''Lo que sí te puedo decir es que por todo lo que vivimos en la última gira, la respuesta tan impresionante a nivel mundial, sentir toda esa energía y amor se va a reflejar en el disco''. Tendrá mucho trabajo, pero González dijo que aún le quedará tiempo para cocinar. ''¿Qué cocino mejor? El amor'', concluyó riendo.