La elegancia, el legado de Coco Chanel
El escenario es una sociedad postguerra de principios del siglo pasado en la cual las mujeres eran tradicionalistas y aristócratas y gustaban de lucir y presumir finas joyas, así como un estilo muy formal para vestir, con capas y capas de corsets, cubres, blusas, blusones y abrigos. La protagonista es una mujer valiente que vino a decirle a las demás que estaban equivocadas, les mostró un nuevo estilo y luego nos lo heredó. Gabrielle Coco Chanel nació en 1883. Cuando era muy pequeña su madre murió y su padré la abandonó junto con sus hermanos. Gabrielle creció en un orfanato y aunque muchos dicen que fueron este tipo de experiencias las que la hicieron vivaz, inquieta y creativa en años posteriores, otros aseguran que por la difícil situación en la que creció no podía comprar la ropa de moda pues era muy cara y comenzó a crear la propia. Sin importar cuál sea la verdadera razón, es un hecho que la mujer fue visionaria, precursora y adelantada a su época. Introdujo prendas funcionales, relajadas, elegantes y sencillas. Es popularmente conocido que a Coco le encantaban los hombres y que tuvo varios que marcaron su vida, pero no sólo eso, sino que de su guardarropa tomó prestadas varias ideas que marcaron su línea Si bien pensaba que la mujer tenía los mismos derechos que el hombre de sentirse cómoda, libre y elegante, se inspiró en lo que usaban ellos para crear una colección completamente femenina que ha permanecido y evolucionado hasta nuestros días. La diseñadora de pelo recogido y cejas pobladas comenzó a usar pantalones, blusas blancas, abrigos y corbatas, que pronto copiaron las mujeres emperifolladas. El mundo a su favor En 1916, debido a la guerra y la mala situación económica de los países europeos así como a la escasez de materiales, Coco introdujo su representativo suit de punto -material que hasta el momento había sido utilizado únicamente para las prendas interiores- y lo adoptó como couture. Para su suerte, la alta sociedad parisina que dictaba las tendencias y con la que ahora Coco tenía una estrecha relación también lo adoptó así. Comenzó a utilizar mucho la combinación de colores como el beige, el blanco y el negro, que actualmente son identificadores de la firma. De estas mezclas nació la camisa de color con puños y cuello blanco que ha llegado a nuestros días. También hasta ahora ha llegado la colección de joyería de fantasía, las reconocidas tiras de perlas alrededor del cuello, los cinturones de cadena, los aretes y las pulseras de aleaciones de distintos metales que sustituyeron al oro, decorados con esmalte y piedras. La revolucionaria hizo que por primera vez en las tendencias de moda las mujeres enseñaran los talones en público y no tuvieran que usar más faldas estrechas e incómodas sino vaporosas y cómodas. Para ellas también diseñó saquitos a juego, de donde nació el clásico traje Chanel. Parte importante del éxito de todas sus prendas fue que siempre las portó con seguridad y esto la convirtió en su mejor promotora.
1,2,3,4 y por fin No.5 En 1923, para celebrar su cumpleaños número 40, lanzó su primer perfume. Bastó el frasco geométrico para convertirse en parte de la colección permanente del Museo de Arte Moderno de Nueva York en 1959 y por si esto fuera poco, la fragancia, que no era dulce como todas las que estaban a la venta en ese momento, fue un éxito.Tanto que Marilyn Monroe declaró que para dormir sólo se ponía unas gotas del perfume, esto bastó para que las ventas de la fragancia se duplicaran. El nombre sencillo también fue un aliciente para su popularidad ya que era el primero que llevaba el de su diseñador y no uno cursi, acompañado del número cinco que fueron la cantidad de mezclas que se hicieron hasta llegar a la elegida. Little black treasure Sin duda alguna, de las piezas más importantes de su legado está el famoso little black dress que comenzó como una pieza de jersey acompañada de unos cuantos collares de perlas. Varias celebridades y miembros de la realeza lo adoptaron y hoy es una de las prendas más versátiles del guardarropa de toda mujer, para usar de día, de noche, en el trabajo, en un coctel o una salida casual con las amigas. La visión de la exquisita francesa de aquella época llega hasta nuestros días gracias a las distinguidas creaciones de Karl Lagerfeld, quien tomó las riendas de diseño de la casa en 1983, a 12 años de la muerte de Gabrielle, y únicamente comprueba la visión que tuvo esta gran mujer.