Los días de Carmen Aristegui fuera del aire
Ahí estaba Carmen, sentada frente a los micrófonos de â??Hoy por hoyâ?, uno de los noticieros radiofónicos más escuchados del país. Antes de comenzar la transmisión, Aristegui repasaba las noticias que daría a conocer ese viernes 4 de enero, acompañada de su inseparable café. Mientras tanto, sus colaboradores iban y venían tan nerviosos como hace cinco años, cuando debutaron en el espacio de la W (96.9 de fm), estación que pertenece a Televisa Radio en asociación con Grupo prisa, la empresa de origen español que edita El País.
En punto de las seis horas en la cabina se encendió el letrero â??Al Aireâ? y Aristegui dio la bienvenida a su auditorio con esa cálida sonrisa que lograba superar la barrera de la tecnología y viajaba junto con las ondas radiales para manifestarse en las bocinas de sus radioescuchas, conformados en su mayoría por automovilistas que tenían a Carmen como su inseparable acompañante.
â??Vámonos con las noticias del díaâ?, dijo con su perfecta dicción la egresada de la carrera de Ciencias de la Comunicación de la Facultad de Ciencias Políticas de la unam. A las 6:30 anunció, sin dar detalles, que estaba transmitiendo su último programa en la W, pero no fue sino hasta el filo de las nueve de la mañana cuando dio a conocer las razones de su salida. â??A principios de diciembre de 2007 se me notificó el deseo por parte de la empresa de no renovar el contrato â??narraba al aire Carmenâ?? pero se abrió un espacio para la discusión sobre la posibilidad de continuarâ?¦ El día de ayer finalmente se me comunicó que no se renovaría el contrato bajo ninguna nueva circunstancia. La explicación esencial es que el modelo editorial que hemos practicado a lo largo de estos años en W Radio es incompatible con el modelo que la propia empresa ha determinado. Lo cual hace que esta emisión sea la última edición que esté con usted en estos micrófonosâ?, señaló en un mensaje de alrededor de 20 minutos.
Los teléfonos de la cabina no pararon de sonar. Su público no pedía, exigía que siguiera al aire. Llegaron tantos correos electrónicos que el papel de la impresora se agotó. Entre corte y corte, entraban llamadas de diversas personalidades. Andrés Manuel López Obrador y Marcelo Ebrard fueron algunos de los que se comunicaron con Carmen para mostrarle su solidaridad.
Pero la decisión estaba tomada. â??¿Qué haré el lunes por la mañana?â?, se preguntó Carmen en su última edición. No tardó mucho la respuesta: â??haré lo que no he hecho en los últimos años de mi vida, por estar aquí; llevaré al pequeño Emilio a la escuelaâ?, fueron las palabras con que la periodista se despidió de su público.
Terminó el programa, salió de cabina. Los aplausos de sus colaboradores la conmovieron tanto que estuvo a punto de soltar alguna lágrima, pero se contuvo al ver una cámara fotográfica a la que pidió no tomar imágenes. Llamó entonces a su equipo de trabajo para que se reuniera en su oficina. Se despidió, les agradeció los momentos compartidos. Algunos de ellos decidieron renunciar ese mismo día.
Los directivos de la W fijaron su posición ese viernes: â??La dirección de Televisa Radio ha decidido no hacer un nuevo contrato a Carmen Aristeguiâ?¦ La decisión se enmarca dentro de un proceso de renovación, actualización y expansión en el que está inmersa la Wâ?¦ Lamentablemente tras un año de conversaciones no hubo posibilidad de un acuerdo entre ambas partes para incorporar a Carmen Aristegui a este modelo en Méxicoâ?.
La salida de Carmen Aristegui Flores de W Radio monopolizó las conversaciones durante el fin de semana siguiente: que limitaron su libertad de expresión, que no quiso trabajar en equipo, que el tráfico de las mañanas sería insoportable sin la compañía de su voz, que debió ajustarse a las nuevas reglas establecidas por la W. En las sobremesas familiares y en las pláticas de café cada quien tenía su opinión sobre la salida de una de las periodistas más prestigiadas y polémicas del país.
En los siguientes días diversos articulistas manifestaron su opinión en las páginas de casi todos los diarios nacionales, mientras que cineastas e intelectuales firmaban un desplegado para fijar su descontento con la postura editorial de la radiodifusora.
El lunes 7, antes de abrir cualquier periódico, Carmen cumplió con su promesa de llevar a su único hijo a la escuela, por lo que acompañada de su chofer se trasladó con Emilio, de ocho años, a un colegio privado del sur de la Ciudad de México. En la noche, la comunicadora asistió a su programa de entrevistas â??Aristeguiâ?, el cual se transmite de lunes a viernes a las diez de la noche por cnn en Español. En esa emisión tuvo como invitados a los especialistas Hilda Varela y Alberto Herrera para hablar sobre la crisis en Kenia.
Al día siguiente comió con el periodista José Gutiérrez Vivó, con el que tuvo una larga conversación en el Bistrot La Bourgogne de San Ángel. Se dieron un caluroso abrazo.
El miércoles 9, luego de dejar a Emilio en la escuela, hizo escala en un Starbucks donde compró un café. Regresó a su casa y alrededor de las diez horas salió hacia la agencia funeraria Gayosso de Félix Cuevas, donde acudió al sepelio del abuelito de un amigo de su hijo. Ahí permaneció hacia la una de la tarde y después pasó a recoger a Emilio. Lo dejó en casa y se fue manejando su coche rumbo al restaurante Bistrot Mosaico de San Ángel. En ese lugar se citó con el periodista Miguel Ángel Granados Chapa, titular del programa â??Plaza Públicaâ? en Radio unam y columnista del diario Reforma. A las seis de la tarde â??La dama de hierro del periodismoâ?, como le han llamado sus seguidores, regresó a su domicilio y un par de horas más tarde se trasladó a las oficinas de cnn, donde entrevistó a un especialista en narcotráfico.
Para el jueves 10, Aristegui continuó con su rutina de madre de familia â??cabe señalar que forma parte del cada vez más amplio sector de madres solterasâ?? y sólo salió de su casa para dejar y recoger a Emilio. Es muy probable que se haya quedado a preparar la entrevista que por la noche realizó en su programa de televisión â??bajo un fuerte dispositivo de seguridadâ?? al embajador de Venezuela en México Roy Chaderton así como al vicepresidente de Colombia Francisco Santos Calderón, con quienes abordó el tema de la liberación de los rehenes por parte de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (farc).
La mañana del viernes 11 Carmen se la dedicó a su hijo y por la tarde salió para encontrarse con unos amigos hasta altas horas de la noche.
Con la llegada del lunes siguiente tuvo otro encuentro con su nueva rutina: Emilio al colegio, visitar amigos y ¿citas de trabajo?