Con apenas un par de horas de finalizada la huelga de actores, Dario Yazbek está feliz de, por fin, poder hablar del gran pico que está viviendo en su carrera como actor y productor.
Han pasado solo algunas horas desde que terminó la huelga de actores en Hollywood, y Dario Yazbek llega con unos relajados jeans, una playera roja y la sonrisa que da la posibilidad de hablar por primera vez de los proyectos que estaban en pausa por el paro y por la sesión de fotos que tiene de frente.
La de hoy será distinta: la ropa está lista, las piezas exclusivas de Cartier también y la fotógrafa será Mariana Yazbek, una de las retratistas más relevantes de nuestro país y, como su apellido ya nos dio una pista, también es su tía. Además de una conversación sobre los proyectos, el tiempo libre y las plantas que cuida Dario, también fuimos testigos de lo que sucede cuando dos Yazbek entran en acción.
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¿Te gustan las sesiones de fotos?
Al principio me pongo un poquito nervioso. Tienes que entrar poco a poco como en agua fría; ya que estás ahí, está todo perfecto. También es fantasía, es jugar.
¿Qué otras cosas te dan vergüenza?
Todo lo de Instagram, hablar a cámara, no sé por qué. Pero al final del día digo: “o me dan vergüenza o lo disfruto”. Entonces hay que aprender a disfrutarlo
¿Y en la pantalla es distinto?
Sí, antes me veía y sufría, pero con el tiempo dije: “Voy a hacer la lista de cosas buenas y malas y ahí tienes el balance entre las dos”. Ósea, cosas buenas seguro hice, ¿no?
Dario Yazbek por Mariana Yazbek.(Mariana Yazbek.)
¿Es fácil ser autocríticos?
Es más fácil tirarte al piso y decir “Soy lo peor”, que poder decir “¡Ah mira! en esa no estuvo mal”. Creo que también te ayuda mucho a crecer el decirte cosas buenas.
¿Se escoge el tipo de actor que se quiere ser?
Más bien se descubre. Por los proyectos que me dicen que sí y también por los que me dicen que no. No me quiero forzar a ser alguien que no soy.
¿Qué identificas que sí funciona?
La confianza en que lo puedes hacer y lo que te puede dar el director o el guión. Pasa mucho en el cine en México que te escogen por quién eres y no por lo que puedes hacer. En el sentido de: él es así, entonces lo vamos a meter en este papel. Llega a ser un poco aburrido para los actores, el no poder decir “claro que puedo hacer esta otra persona que es completamente distinta a mí, porque ese es el trabajo”.
Dario Yazbek retratado por su tía, la fotógrafa Mariana Yazbek. (Mariana Yazbek. )
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Hablemos de Pet Shop Days, de Olmo Schnabel, la película que fue a Venecia...
Ya puedo hablar, se acabó la huelga, ¡qué emoción! Es una ópera prima que, cuando la estábamos filmando, no se sentía. Olmo tiene ese toque. Dicen que los directores nacen, y ahí está. Era como esas pelis que crecimos viendo de los 70 que tienen esta parte como peligrosa, divertida y sexy. Para mí, el cine sí tiene que ser entretenimiento, tenemos que conectar con un público. No podemos quedarnos como en esta chaqueta mental de la intelectualidad.
¿Qué oportunidades ves en esta ambivalencia del “cine comercial” y “de autor”?
Extraño ir al cine a ver esto y decir: “es un peliculón en todos los sentidos, bien trabajado, bien pensado, bien armado, que no está pensando en el qué van a decir las personas, qué va a decir el público, sino que realmente busca entretener y también entrar en una conversación mucho más profunda.
Fotograma de la cinta Pet Shoop Days, ópera prima de Olmo Schnabel. (Cortesía Festival Internacional de Cine de Venecia. )
En No voy a pedirle a nadie que me crea, la película que hiciste con Fernando Frías para Netflix, hay un poco de eso…
Justamente creo que esa película es esa mezcla de las dos. Estoy muy emocionado porque me fascina esa película, es algo que nunca habíamos visto en el cine en México. Me cuesta mucho encontrar paralelismos, películas que se le parezca.
Tras la huelga, ¿qué va a pasar?
Volver a encontrar esa conexión con un público. Hemos cedido mucho espacio a influencers y youtubers y hay que recuperarlo.
¿Y para ti?
Me da un poco de miedo, le he dicho que no a muchas cosas pero también porque le quiero dar el amor y la atención a los proyectos que ya tengo. También como productor, pues se vienen un par de proyectos interesantes.
Fotograma de la cinta No Voy A Pedirle A Nadie Que Me Crea, de fernando Frías. (Cortesía Netflix. )
Cuando dices “como productor” tu cara cambia ¿Qué hay ahí en la faceta?
Todavía no lo puedo decir. Muy pronto vendrá la gran noticia. En la actualidad los actores también se involucren en la producción.
¿Cómo lo vives desde tu perspectiva?
Creo que hay una agencia creativa en todos los que nos dedicamos a esto. De mi parte viene de ahí, de querer hacer algo nuevo. Creo que hay que empoderarse de esa manera como una agente creativo.
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¿Por qué haces lo que haces, cómo te lo explicas?
Me da libertad. Hay una libertad en el proceso del actor de poder decir “se me antoja hacer esto”. Para mucha gente también puede ser muy vertiginoso porque es tiempo libre, pero a mí me da tiempo para hacer otras cosas. No voy a mentir, también a veces me come y me da el bajón y el vacío de qué va a pasar ahora, pero pues creo que es parte de ese proceso.
¿Qué haces en esos tiempos libres?
Tomo cursos, algunos más académicos otros de actuación. Veo a mi familia, a mis amigos, cuido mis plantas, cuido perritos.
Dario Yazbek posa para la lente de Mariana Yazbek, usando piezas exclusivas de Cartier.(Mariana Yazbek. )
¿Tienes perritos?
No, soy el tío de los perros.
¿Y plantas?
Sí, se me murieron muchas este año, pero ahí vamos.
Decías de lo académico, ¿cuáles son tus intereses en ese sentido?
Siempre me ha gustado la historia, la filosofía, la filosofía política. Hace poquito tomé un curso de literatura mezclado con filosofía, cosas que nunca aprendí en la escuela, yo solito he ido aprendiendo, comprando libros de eso, de lo que está saliendo y de cosas que me interesan y que quiero aprender.
¿Y lo conectas con la actuación? ¿Hay puntos en los que implosionan?
Sí, sí, sí, de repente han habido momentos que se encuentran y también solito salen. Hay una parte del proceso actoral en el que hay que ir absorbiendo y nada más confiar en que eso saldrá en algún momento.
