Alejandro Grande: el arte del interior y el equilibrio
El joven artista, cuenta el proceso de creación de la Diosa Altanera, una escultura de gran formato inspirada en deidades prehispánicas y que vive en un nuevo restaurante de la Ciudad de México.
Los ojos de Alejandro Grande están detrás de unas gafas amarillas cuando nos conocemos en el espacio del Altanera, uno de los nuevos restaurantes de la Ciudad de México. Detrás de él, en la pared principal del lugar, se encuentra ella, Diosa Altanera, la escuela de gran formato que ideó por encargo para este recinto.
Para desarrollar esta pieza, explica, se concentró en dos rasgos que definen su trabajo: la espiritualidad y el uso de materiales y técnicas artesanales. “Me concentré en una búsqueda profunda de conceptos y en las posibilidades que me daba el espacio”.
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El proceso de crear
Diosa Altanera
El punto de partida fue la propia palabra que da el nombre al lugar, desde su visión remite a la fuerza, que tiene poder y una alta autoestima. Después, consideró el concepto del lugar que es mexicano y fue como quiso estirar la idea en el pasado hasta la época prehispánica.
“Empecé a investigar deidades prehispánicas femeninas y me llamaron la atención dos de ellas: Xochiquetzal, que representa más la belleza, la parte luminosa de la presencia femenina y Tlazoltéotl, que es un poco más oscura, relacionada con la lujuria, la muerte, pero también con los ciclos de la vida. Así nació Diosa Altanera, guardiana protectora con un equilibrio entre esas dos energías”, comparte.
La pieza está realizada con una selección de diversos tipos de cantera, la cual fue trabajada en un taller de artesanos con los que colabora con frecuencia. La pieza está flanqueada por cuatro motivos que representan los minutos cardinales y los elementos de la naturaleza que, juntos, crean algo mayor como el amor.
En la pieza resaltan algunos detalles de acetato en colores violetas y azules, en los que la conceptualización, explica es “poder ver en el universo, una galaxia o una nebulosa”. Cuando la palabra universo vuelve a salir en la conversación es para decir que “dentro de ti está todo el universo”, para referirse a que todas las ideas emanan desde el interior.
Hay un elemento de ampliar la visibilidad de su trabajo al presentar esta pieza. “Es esa sensación de que te mueres y que dejaste; quiero dejar piezas regadas por toda la ciudad”. Pero hay otro elemento que rescata de este proyecto, haber explorado en el universo femenino. “Poder haber entrado a esos lugares y descubrir que esa energía vive en todos”.
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¿Quién es Alejandro Grande?
Alejandro estudió teatro en el CEFAC, la escuela de entrenamiento actoral de Televisión Azteca, pero claudicó en ese momento pues se sintió abrumado por los procesos de introspección que llega a demandar el arte de la interpretación.
Fue entonces que comenzó la carrera de diseño industrial en la Ibero y Javier Maríjn fue su mentor. Con él descubrió las posibilidades del arte como profesión y que esa idea de que se muere de hambre como artista no eran del todo ciertas.
Así que comenzó a cambiar el enfoqué en su práctica como diseñador y comenzó a enfocarse también en el trasfondo, la propuesta discursiva de las piezas utilitarias y comenzó a crear mobiliario mucho más poderoso y conceptual.
En 2021 decidió dedicarse también a un perfil mucho más artístico. “Lo más profundo de eso es lo que tienes adentro en el corazón y quieres que salga y los demás lo sientan y se vinculen como él”, explica sobre sus enfoques discursivos de los cuales, dice, son una responsabilidad del artista, “Qué mensaje vas a dar”.
A pesar de que el estudio formal de la actuación quedó atrás, Alejandro menciona en varias ocasiones durante esta conversación ciertos vínculos entre el arte y la interpretación. Ambos, piensa, se conectan desde adentro. “Se generó un vínculo no solo desde lo actoral sino desde otros elementos”. No descarta la posibilidad de volver al camino del histrionismo.