Entrevista con Manolo Caro: "El mundo pop que habito"
En esta entrevista, Manolo Caro habla de su universo pop, de cómo a veces siente ser el peor cineasta del mundo y, por primera vez, da su opinión sobre la polémica de Tenoch Huerta.
Semanas antes de esta primera entrevista, Manolo Caro hizo una maleta y salió de su hogar en Madrid. Hoteles han sido su casa desde entonces “No descansas igual, te genera estrés, voy a estar con esa maleta a todos lados, los próximos días”, cuenta. Los últimos días ha residido en El Condesa DF donde nos encontramos con él para una sesión de fotos y una entrevista sobre su próximo proyecto, una adaptación de la novela de Juan Pablo Villalobos, Fiesta en la madriguera. En ese momento ni él, ni nosotros anticipamos el plot twist que estaba a punto de tomar la historia.
Poco antes, esa misma mañana, se reunió con el elenco que le acompañará en la filmación y por la tarde tomará un avión para participar en el Festival de Cine en Guadalajara. Regresará un par de días después a la Ciudad de México a resolver lo que llama “un par de asuntos” y volverá a la capital tapatía para comenzar la filmación. En esa elipsis temporal su protagonista, quien hasta ese momento sería Tenoch Huerta, fue acusado de agresión sexual por la activista Elena Ríos. Pero antes de llegar a este punto, regresemos a ese cuarto de hotel en el que Manolo se dispone a hablar de su carrera, de sus deseos por ser padre, los próximos proyectos, el síndrome del impostor y del mundo pop que ha creado.
Publicidad
Manolo Caro: En el pop en que habito
Es posible, dice Manolo, marcar líneas paralelas entre su filmografía y su vida personal. “Veo las historias con las que empecé y reflejan muy bien quién era yo. He hecho marcha atrás y me doy cuenta que he tenido la fortuna de ser honesto con el trabajo que he hecho” . Ha hablado del primer amor, de salir del closet, de las terapias de conversión y la libertad sexual. “El discurso va modificándose y va cambiando conforme la vida pasa”, dice y refuerza la idea con la serie Sagrada familia, que desarrolló en España para Netflix con la actuaciones de Najwa Nimri, Alba Flores, y donde habla de la gestación subrogada. “Estoy en ese momento en el que quiero ser padrey esa es una de mis opciones”, confiesa.
Cuando Manolo comenzó su carrera , la industria de nuestro país tenía muy definidas las líneas entre lo comercial y lo autoral. Su presencia vino a desestabilizar ese equilibrio lo cual le trajo muchas críticas. “En algún momento era un deporte del entretenimiento molestarme, criticarme y minimizar los logros”. Dice y confiesa que ese fue un elemento en la ecuación de su decisión para mudarse a Madrid.
Con seguidores y detractores, el cineasta de 38 años ha logrado crear una estética particular desde la identidad visual, la fotografía y los colores. Y ha invitado a sus amigos y nuevos actores a entrar en ese mundo. “En el pop en el que habito, se encuentre una voz como la mía”.
Publicidad
Manolo Caro de
Fiesta en la madriguera
Niega el deseo de ponerse pretencioso pero sí desea ser serio. En ese marco es que llega Fiesta en la madriguera. Antes no conocía la primera novela del escritor Juan Pablo Villalobos; fueron Viviana Kuri y Moisés Micha quienes le incitaron a una lectura que, en cuanto la efectuó, comenzó a llorar. “Es el mayor reto de mi carrera. Es una novela autobiográfica pero me conecté mucho. Hay mucho de mí. Me recuerda muchísimo mi infancia, mi relación con mi padre, con mi nana y estoy poniendo la piel ahí. Tengo muy clara la historia que quiero contar, la referencia de la provincia, del narcotráfico y de la violencia”.
Fiesta en la madrigueranarra la historia de Tochtli, un peculiar niño que usa sombreros y saca palabras del diccionario como los magos conejos de sus sombreros. Quiere un nuevo animal para su zoológico privado: un hipopótamo enano de Namibia -en el libro es de Liberia- un gesto que su padre está dispuesto a cumplirle. El elenco lo integran Daniel Giménez Cacho, Raúl Briones, Teresa Ruiz, Alfredo Gatica, Mercedes Hernández, Pierre Louis y Lizeth Selene.
La adaptación de esta novela está en manos del argentino ganador del Oscar Nicolás Giacobone por el guión de Birdman. “Nicolás ha escrito uno de los guiones más bellos que yo he tenido el privilegio de leer y ahora de dirigir”.
Días antes de comenzar la filmación pasan muchas emociones. “Hay de todo: mucha diversión, introspección sobre el pasado, síndrome del impostor, mucha frustración; de pronto sientes que no llegas, que eres el peor director del mundo. Cuando digo que soy el peor director del mundo, lo digo por qué lo creo. Todos pasamos por esos baches de inseguridad, pero llegas al set, ves a los actores y respiras.”
A Manolo le gusta escuchar música al preparar un proyecto. Para La Casa de las flores,su playlist era una disco divertida de los años 80; para Alguien tiene que moriry Sagrada familia, fue música clásica. Para La Madriguera, las voces de Chalino Sánchez, Ramón Ayala, Antonio Aguilar y Karin León lo han acompañado. “La gente no lo sabe pero a mi me gusta mucho la música de banda. Hay muchas cosas que no se saben de mí”. Cuando el director de fenómenos virales da esta declaración lo dice con la convicción de alguien que elige bien sus secretos.
Publicidad
–¿Te gusta que la gente no sepa mucho de ti?– “Sí. Si algo he construido bien es el personaje público, pero a puerta cerrada hay muchas cosas que nadie sabe y no me interesa contárselas”. Aún así, Manolo habla de su reciente ruptura con Guillermo Escaip con quien estuvo por más de 10 años y presente desde su ópera prima No sé si cortarme las venas o dejarmelas largas. “No sé cómo será hacer una película sin él a mi lado. Fue un ancla y una persona importantísima y ahora me toca hacerlo desde otro lugar. También me emociona saber que, a esta edad y con las cosas que pasan en la vida: las pandemias o las guerras, soy una persona que no le gusta terminar mal con nadie. Lo tengo ahí a la mano”.
Manuel García Rulfo reemplaza a Tenoch Huerta
Pocos días después de esta primera entrevista, estalla una bomba: tras las acusaciones de abuso sexual, Tenoch abandona el proyecto y deja en vilo el poryecto. Los primeros días Manolo no se siente listo para hablar del tema y pide un poco de tiempo para que las aguas entren en calma. De puertas adentro las conversaciones terminan con el reemplazo de Manuel García Rulfo en el papel protagónico, una situación que rompe la idea que conversamos con él días antes, de que este sería su primer proyecto con actores con los que no había trabajado en el pasado.
Tras las semanas de filmación Manolo está de vuelta en Madrid. Salió a las 4 de la mañana del set en Guadalajara, fue de nuevo al hotel, tomó una ducha y directo al aeropuerto. Sólo un par de horas después, ya en casa y lejos de hoteles, toma esta llamada telefónica. Dispuesto a retomar su dieta y concentrado en un régimen de ejercicio, se concentrará a la edición, un lugar que considera que es de relajación. “Es un espacio donde -puede sonar egoísta- regresas a la soledad donde nadie te está cuestionando, nadie te está pidiendo cosas, estás sólo con tu historia, muy privada”. En esa tranquilidad madrileña, Manolo está listo para hablar del cambio de actor y la polémica.
“Fue muy fácil para mí, fue como trabajar con tu familia. Entró a un lugar muy aceitado”. Explica sobre la incorporación de García Rulfo con quien han colaborado en Perfectos desconocidos y La vida inmoral de la pareja ideal yquien se ha convertido en la sensación de Netflix con su protagónico de El abogado del Lincoln, la serie que ha figurado entre lo más visto de la plataforma.
Por primera vez, Manolo habla de la polémica de Tenoch. “Es un tema muy delicado. Sin entrar en muchos detalles y sin entrar en un caso en específico, es importante que cualquier acusación sea bajo el margen de la ley. La especulación y las redes sociales no pueden ser ministerios, no pueden ser un lugar para recibir denuncias de temas tan complicados. Para que no se preste a querer destruir carreras”.
Entre los proyectos futuros de Manolo Caro se encuentra una serie de comedia política que comenzará a filmar a principios del próximo año, un proyecto aún en definición que podría desarrollar en Londres y regresar a la universidad. ¿Vivir en Japón? Podría ser.