Greta Gerwig superó la barrera de los mil millones de dólares de taquilla mundial con la muy comentada película de Barbie.
Antes que ella, la proeza la han conquistado 28 personas,todos hombres. La cineasta se convirtió en la primera cineasta mujer en conseguirlo.
La cinta de la muñeca más famosa de la historia terminó sus primeros 17 días con esta cifra que, según Warner Bros, el estudio que la produjo, no se había recaudado en tan poco tiempo.
En el primer largometraje que dirigió en solitario (su primer crédito fue compartido con Joe Swanberg), Gerwig ya había dado señales de ser una de las directoras que abanderaría un cambió en el Hollywood de los grandes estudios.
“Estos cuatro hombres y Greta Gerwig crearon sus propias obras maestras este año”, dijo la actriz Emma Stone al anunciar a los nominados al Oscar en 2018 a la Mejor Dirección, año en el que Greta Gerwig era la única mujer en la categoría por Lady Bird. Estas palabras fueron leídas como un statement sobre la falta de proyectos con mujeres en el rol de dirección entre las candidatas a alzar la estatuilla.
Con Lady Bird, llamó la atención de la industria y saltó del espectro independiente de la industria a cosechar 5 nominaciones al Oscar.
En este atípico coming of age se adentra en los conflictos de una peculiar adolescente frente al sistema escolar y familiar que cuestiona sus intenciones artísticas.
En 2019 trabajó en una nueva versión del clásico literario Little Women de Louisa May Alcott, reivindicando la figura de la autora y los roles de los personajes.
Planteó un perfil de la autora que defiende las posibilidades narrativas de su historia y que busca darle el destino que ella plantea y decide enfrentar al editor que le dice que no puede existir un final sin matrimonio para su personaje femenino principal. Consiguió una nominación al Oscar como mejor guión adaptado pero, para sorpresa de varios, no consiguió la candidatura en la categoría de mejor dirección.
Desde su anuncio, desconcertó la posibilidad de una cinta live-action sobre la muñeca Barbie; particularmente en un momento en el que las versiones de acción en vivo asociadas a historias infantiles como las que ha emprendido Disney no han salido bien libradas de la crítica y de los espectadores.
El anuncio de que Greta Gerwig ocuparía la silla de dirección giró las flechas de la expectativa. De a poco la posibilidad de estar frente a una cinta reflexiva y crítica sobre el patriarcado y el discurso que la figura de la propia muñeca ha representado a lo largo de la historia, se fue develando con detalles del elenco y filtraciones de su posible narrativa.
Después de una vertiginosa gira de medios a la que sólo la huelga de actores en Hollywood logró ponerle pausa, la cinta llegó a las salas y convocó a grupos, parejas y familias enteras que abarrotaron las salas en color rosa. El resultado dividió las opiniones y desató debates en torno a las temáticas que se propone tratar como el patriarcado, la corporativización y la representación de las mujeres a través de la historia.
Lo cierto es que se convirtió de inmediato en el mejor estreno de la historia para una película dirigida por una mujer y luego de tres semanas en cartelera conservó su primer sitio en Estados Unidos y Canadá por tercer fin de semana consecutivo. Y en el resto de territorio no tuvo rival posible. Únicamente en China no fue un éxito.
Los siguientes pasos de la cineasta estarán cobijados por Netflix, la plataforma de streaming y estudio le ha fichado para escribir y dirigir dos películas de Las crónicas de Narnia, basadas en la serie de novelas de fantasía homónimas escritas por C.S Lewis.
Disney produjo con un éxito discreto cinco películas entre 2005 y 2010 de esta saga. Sin embargo las críticas y la recepción del público ha fluctuado entre regular y mala. Por lo que la expectativa -factor fundamental en el éxito de Barbie- sobre Greta al frente de este proyecto es alta.
