Mostrar las excentricidades y el panorama absurdo y obsoleto en el que viven los muy ricos, ha sido uno de los temas más tocados en la ficción de los últimos años. En las series se encuentra bien ejecutado en el reciente fenómeno The White Lotus y en el sensacional Succession. Ruben Ostlund, doble ganador de la Palma de Oro en Cannes, en Triangle of Sadness se embarca -literal- en un viaje lleno de escatología, vomitiva fascinación por las apariencias y la conservación del status quo.
En un primer momento, el cineasta adentra al espectador en el nebuloso mundo de los casting para modelos de alta gama. Se burla de las diferentes gesticulaciones y facciones que los estilizados varones en una línea deben optar dependiendo se trabajarán para una campaña de H&M o para Balenciaga.