Oscar 2023: ‘The Banshees of Inisherin’ o lo absurdo de tener amigos
Martin McDonagh, reúne a Brendan Gleeson y Colin Farrell en esta historia profundamente melancólica, hilarante y desalmada sobre la amistad masculina con la guerra como telón de fondo.
Esta es una de las películas más estimulantes del listado de nominadas al Oscar de este año. En The Banshees of Inisherin, hay una contundencia narrativa sofisticada, bordada desde un espléndido guión audaz, vertiginoso y lleno de giros tan torcidos e insospechados que confrontan la risa y la perturbación en dos segundos.
Trataré de evitar todo spoiler porque es sensato dejar que los inteligentes giros de la película los tomen por sorpresa. Lo que sí vale la pena decir es que, aunque la película arranca y mantiene un tono realista, demanda también del espectador estar abierto a la posibilidad del absurdo. Después hablaremos del por qué.
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Dicho lo anterior, The Banshees of Inisherin,cuenta la historia del lechero Pádric y el violinista Col -interpretados por unos fabulosos Colin Farrell y Brendan Gleeson, respectivamente- quienes habitualmente se reunirían a las 14:00 horas en el pub del pueblo para pasarse toda la tarde conversando hasta la ebriedad. Pero este día es distinto.
Cuando Pádric llama a la puerta, Colm simplemente permanece sentado y fumando al interior de casa frente al mar y se queda en silencio, no responde y tampoco atiende a su cita habitual. Ya no quiere ser su amigo y, días después le explica que no le hable más que se mantenga alejado o que simplemente tomará acciones drásticas. Esto desata una revolución entre ambos amigos de consecuencias trágicas e inesperadas.
No sólo en ellos, también en Siobhán, la hermana de Pádric interpretada por la estupenda Kerry Condon, una mujer que se siente atrapada ante la cotidianidad de esta isla y sus limitadas posibilidades y en Dominic, interpretado por un extraordinario Barry Keoghan, un chico a quien el pueblo tratan con desprecio pero que se convierte en un amigo de reemplazo para el protagonista.
Como diría el dicho mexicano, pueblo chico infierno grande. El descontento entre estos dos amigos se convierte en todo un suceso entre todos los habitantes del pueblo; todos con el potencial de ser esos espíritus fantasmales que se anuncian en el título de la propia película.
También hay una metáfora contundente sobre las razones de la guerra, así como nunca nos quedan completamente claras las razones por las que estos dos amigos entran en conflicto de un día para otro y que llevan a uno de ellos a tomar medidas extremas como las de cortarse los dedos de la mano cada que el otro intente hacerle la plática, tampoco sabemos las razones por las que se libra una guerra civil de fondo, cuyo sonido de las bombas se propaga a través del agua.
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The Banshees of the Inisherin,es una comedia de terrero; uno de los personajes tiene miedo a perder a su amigo, otro al olvido que dejará a su paso tras su muerte; una más a quedar atrapada en la desesperante rutina de una isla y al joven que parece la mascota del pueblo, le aterra su padre policía que lo golpea y violenta.
Hay muy pocos casos de creadores capaces de crear un territorio narrativo. El de Martin McDonagh es uno donde la geografía emocional siempre es sinuosa, rocosa, confusa. Sus paisajes siempre son hermosos pero en sus entrañas siempre resguardan algo perverso y siniestro.
Tanto su filmografía, como sus obras de teatro se inscriben en dos espectros narrativos que, sin lugar a dudas, no dejan indiferentes a los espectadores. El primero de ellos es el pensamiento absurdista o filosofía del absurdo, el cual propone que la vida en general es absurda, el mundo carece de sentido y propósito superior así que escapa a toda razón.
Por otro lado, se considera a McDonagh como un autor inscrito en el teatro de la crueldad, en estas teorías se expresa que las historias de brutalidad despiertan en el espectador energías internas hasta entonces dormidas o aparentemente dormidas desatando un conflicto interno o un debate moral sobre sus creencias.