Desde niño, este talento mexicano mostró especial atracción por las artes escénicas, que con el tiempo se convirtió en una pasión que lo llevó a conseguir una beca en el extranjero, en donde tuvo la oportunidad de cursar la primaria, secundaria y preparatoria, en una escuela enfocada a las artes.
Robert, un mexicano más que brilla en el extranjero
A muy corta edad, y antes de graduarse, debutó como profesional y al poco tiempo decidió ampliar sus horizontes en Europa, donde empezó a participar en algunas óperas. “Lo interesante de mi trayectoria es que no me enfoqué en un nicho en particular, porque había desde teatro clásico hasta contemporáneo y un poco de televisión, hasta cine y teatro músical. Algo que me apasiona es que en este mundo nunca dejas de estudiar y siempre hay algo nuevo que aprender”, nos cuenta este joven mexicano.
Cuenta que a lo largo de su carrera ha tenido la oportunidad de conocer a grandes maestros, entre los que recuerda con especial cariño a Diana Jimenez, mamá de la actriz mexicana Salma Hayek, al reconocido barítono mexicano José Adán Pérez, quién forma parte uno de los proyectos de Placido Domingo en los Ángeles, y con quien años después tuvo un segundo encuentro e hizo una gira de conciertos en Japón.
Otra de las figuras que sin duda marcó un antes y después en la trayectoria de Camino Matta fue Gioaccino Li Vigni, un tenor italiano con quién recién acabó su maestría en Nueva York. "Quería estar en un conservatorio, en la voz clásica hay que esperar a que la voz madure, no puedes tomar cierto repertorio ni carga vocal a edad prematura, esto es contraproducente ya que el instrumento puede dañarse”, nos contó Robert.
Dice que no ha sido un camino fácil de recorrer, sobre todo porque dejó su país natal siendo un niño, porque aunque ya hablaba inglés, no era su lengua materna, algo que le daba cierta desventaja. Platica que conocer a Salma Hayek, una de las figuras más prominentes de la industria del cine internacional, además de a otros mexicanos que destacan en otros países, le ayudó a darse cuenta de que con talento y dedicación es posible sobresalir.
Otro de los puntos complicados de trabajar en el mundo de las artes, reitera, es que cada cultura es distinta, aunque le agrada el ambiente laboral en Estados Unidos (al que lo considera bastante puntual, serio, y organizado), ha tenido que acoplarse a otras formas de pensar y actuar.
“Uno como cantante clásico tiene que volverse capaz de entender la cultura para así entender lo que está transmitiendo. Es distinto el temperamento de la ópera italiana que la alemana y la francesa, hay públicos más cálidos que otros, pero sin duda es sumamente enriquecedor aprender de esta gran mezcla de culturas”, afirma el artista mexicano.
Desde finales de 2019, la pandemia nos tomó a todos por sorpresa, y no cabe duda que la industria de las artes fue una de las más afectadas. Cuenta Robert que el Covid 19 llegó cuando estaba a solo un paso de debutar en Nueva York, algo con lo que siempre había soñado. Se encontraba a una semana de empezar ensayos con la orquesta, cuando, al igual que todos, recibió la sorpresa.
Sabe que después de la tormenta viene la calma, y un artista de este calibre no podía darse por vencido, “Tuve que reinventarme y buscar distintas fuentes de inspiración mientras la industria se regula del todo. Actualmente estoy planeado eventos en México: se trata de una serie de conciertos con una de las cantantes más destacadas del país Marcela Chacón, sigo al pendiente de lo que dejé en el extranejero, pero también quiero ser proactivo en lo que la industria se regula”, finaliza.