Brendan Fraser: la gran tragedia de Hollywood en un rostro
Después de ser devorado por la industria, el actor regresó a Hollywood con la que podría ser su mejor actuación. El resultado: una amplia ovación en el Festival de Cine de Venecia.
Por lo regular, las galas del Festival de Cine de Venecia regalan momentos que pueden ir desde la polémica hasta lo más entrañable. La edición de este 2022 dio una que, si bien ya se anticipa, no deja de llamar la atención. Le ha dado la vuelta al mundo digital la recepción de aplausos del público destinados al actor Brendan Fraser,una superestrella de los 90 venida a menos que encuentra en el particular cine de Aronofsky, la redención.
En el rostro de Fraser -a medio paso de las lágrimas y de una emoción contenida con cierto estoicismo, al final de la proyección de The Whale, en el Lido- se puede leer la gran tragedia de Hollywood: tomar grandes figuras de cuerpos hegemónicos, exprimirlos en blockbusters de tempora y, sin más, desecharlas para reemplazarlas por uno nuevo.
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A Fraser, el público lo vimos con el torso desnudo saltando de liana en liana y escapando de una momia en medio del desierto, pero también lo vimos salir del circuito, alejarse y soportar las burlas de comediantes y comentaristas sobre su desaparecido físico privilegiado.
Este episodio que arranca con la ovación en Venecia, podría tener el mejor final posible con Fraiser recibiendo un Oscar por actuación. Sería la gran historia de redención que ni el más esperanzador de los guionistas del séptimo arte podría haber anticipado.
Después de ser una de las figuras más taquilleras del mainstream, se retiró a principios del milenio. Años después, en 2018 movido por el #MeToo, confesó que el periodista Philip Berk abusó de él en 2003 en el hotel Beverly Hills después de un almuerzo organizado por la Asociación de la Prensa Extranjera de Hollywood, entidad que entrega los Globo de Oro. “Me hizo sentirme enfermo. Me sentí como un niño con un nudo en la garganta. Creía que me iba a poner a llorar”, declaró. El episodio lo llevó a una importante depresión.
Hollywood no se caracteriza por ofrecer a los actores maduros y de corporalidades diversas, papeles para figurar en grande. Por el contrario, obligan a sus miembros frente a cámara a no envejecer o “hacerlo con gracia”.
Ahí destaca el caso de Top Gun Maverick, que la figura de eterno galán de Tom Cruise le permite volver a un personaje más de treinta años después.
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Brendan Fraser tuvo que esperar a que un guión demandará de su protagonista una morbilidad corporal para regresar a las grandes ligas de la industria. Para su nuevo filme, Darren Aronofsky, terminó la búsqueda de su actor cuando se topó con Fraser y supo que era el indicado para interpretar a Charlie, un hombre de mediana edad de más de 200 kg e intenta volver a conectarse con su hija de 17 años. Los dos se separaron después de que Charlie abandonó a su familia por su amante gay, quien murió más tarde.
La pura sinopsis anticipa un personaje complejo con posibilidades narrativas y de construcción compleja.
Este episodio que arranca con la ovación en Venecia, podría tener el mejor final posible con Fraiser recibiendo un Oscar por actuación, sería la gran historia de redención que ni el más esperanzador de los guionistas del séptimo arte podría haber anticipado.
