Tamara Rojo, la bailarina española de élite que conquistó a Isaac Hernández

Tamara de 47 años de edad, ha recibido importantes reconocimientos como la Medalla de Oro en el Gran Prix de la Ville de París, la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes, el Premio Príncipe de Asturias de las Artes, el Benois de la Danse, el Laurence Olivier, la Encomienda de número de Isabel la Católica y el más reciente, el South Bank Sky Arts Outstanding Achievement Award 2022, por sus diez renovadores años como directora artística del English National Ballet.

Si esta fuese la historia de un ballet clásico, los primeros movimientos de un allegro, relataría el primer encuentro de un adolescente de 14 años con una diosa de la danza consumada durante una gala en México. El siguiente encuentro significativo -quizá un Pa de Deux- ocurrirá con la llegada de Isaac Hernández como bailarín principal al English National Ballet, agrupación de la que Tamara Rojo era directora y se encargó de reformular una institución en crisis renovando el repertorio.

El momento de conflicto -vivace- ocurrirá cuando diversos integrantes de la compañía señalaron favoritismos por parte de la directora para su joven pareja mexicana. En ese momento, la vida privada de Rojo que hasta entonces había pasado inadvertida, saltó a los tabloides sensacionalistas británicos. Fue entonces que, en una entrevista con The Evening Standard, la también coreógrafa negó la posibilidad de un conflicto de intereses. Explicó que Hernández ya era una estrella de la danza que había bailado en la Ópera de París y el teatro Mariinski de San Petersburgo cuando llegó a la agrupación inglesa.

“Tenemos relaciones, tenemos hijos y tenemos nuestras vidas. Siempre he creído que cuanto más te desarrollas, mejor artista llegas a ser, porque puedes ser más empática, entender a la gente y sus motivaciones”, afirmó en aquella entrevista.

Llegaremos al allegre de este hipotético ballet. El desenlace daría cuenta de los cuatro años de relación de los bailarines que en marzo pasado se convirtieron en padres de su primer hijo, Mateo. La familia completa se muda a San Francisco donde Tamara será la primera mujer que asume la dirección artística del ballet de esta ciudad y la primera española en dirigir una compañía de gran formato en Estados Unidos.

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