Irene Azuela, divertirse con Shakespeare en el Esperanza Iris
La actriz mexicana, Irene Azuela, se prepara para subir al escenario del Teatro Esperanza Iris y presentar Hamlet dispuesta a divertirse con Shakespeare.
Antes de esta llamada, Irene Azuela estaba ensayando. Después de una exitosa temporada con sold outs continuosde Hamlet en el Teatro Milán, la actriz mexicana repasa de nuevo los diálogos y el trazo escénico, pero ahora con el Teatro Esperanza Iris de la Ciudad de México en la mente.
Este jueves 28 de julio cuando se dé la tercera llamada, Azuela encarnará, de nueva cuenta, el emblemático personaje Shakesperiano a quien el fantasma de su padre se le aparece para pedirle que vengue su muerte. “Me estoy acercando mucho más libremente, es como decir, este es Hamlet este es nuestro montaje y vamos a darle”.
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¿Cómo crees que la tragedia como género teatral opera en una sociedad tan compleja como la nuestra?
La tragedia es algo que estamos acariciando constantemente los seres humanos porque es algo que nos sucede, es esta experiencia que tenemos en la tierra y sin duda es uno de los géneros más poderosos del teatro. Es muy interesante lo que pasa con Hamlet porque hay situaciones muy absurdas, tan absurdas que a veces provocan risas. El espectador decide de qué manera relacionarse. Sin duda las tragedias suceden a nivel entraña, suceden a nivel muy profundo y verlas representadas siempre va a ser una oportunidad de vernos ahí en ese espejo.
¿Qué ocurre con Hamlet visto desde los ojos de una mujer? Ha sido muy interesante la exploración del personaje siendo mujer. No es algo que no se haya hecho. A pesar de que hay y han habido expertos hablando de Hamlet como arquetipo, como el gran símbolo de la subjetividad, grandes psicoanalistas se han acercado a la figura de Hamlet como el gran depresivo, como la figura de la muerte y de cómo el destino de los padres cae sobre nosotros; es un personaje que pasa muy bien en términos femeninos. De pronto hay ciertas frases en la obra que son muy misóginas que hemos tratado de preguntarnos a qué corresponden y cómo trasladarlas al presente y creo que pasa muy bien la obra. Creo que hasta cierto punto el género tendría que dejar de importarnos. Creo que el género está en otro lado y bueno la idea es poder olvidarnos de que Hamlet es una mujer. Hamlet es Hamlet y punto.
¿Pero los temas sustanciales que aborda Hamlet no cambian desde la perspectiva femenina?
Sí, pero yo creo que cambian a nivel discursivo, a nivel conversación. La historia pasa muy bien. El hecho de que a una persona se le presente el fantasma de su padre para decirle que vengue su muerte porque lo mataron, es algo que le puede pasar a cualquiera. La carga, el peso que significa que un ser amado te diga “me mataron, ahora te toca comenzar con este viaje,” es brutal. Además esto dicho por un fantasma no es hecho, es un fantasma que está viniendo del más allá a decírtelo entonces por supuesto que hay duda, hay un cuestionamiento moral brutal, hay culpa, hay una melancolía muy profunda por ese mismo ser y entonces todas esas cosas aplican muy bien para una mujer y un hombre.
Ya en el montaje vimos un abordaje muy lúdico del texto de Shakespeare ¿debemos de tomarnos menos en serio a los clásicos, jugar más con ellos?
Sucede algo chistoso con los clásicos porque por un lado el público les tiene mucho cariño y por el otro hay como un hiper respeto: voy a poner un Quijote o voy a poner un Hamlet. Los textos están ahí para jugarse, para manosearse, para decir qué pasa si lo ponemos en este país en este contexto con estos actores. El mundo ha cambiado, por qué no acompañarnos de estos grandes textos. Yo creo que el mundo cambió después de la pandemia sin duda y el teatro tiene que cambiar también; a mí me parece que se juega o se muere.
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¿Cómo fue la recepción de Hamlet interpretada por una mujer?
Me llamó mucho la atención que hay una gran parte del público que decía que Hamlet no puede ser mujer. Desde expertos, gente que se dedica al teatro, pero también al público que le gusta mucho leer literatura. Había una cosa de que este personaje tiene que ser un personaje masculino sí o sí. Todas las preguntas tenían que ver con un canon, un arquetipo con una psique que ha sido estudiada durante muchísimos años, nosotros decimos que lo fundamental sucede. Me encanta pensar que un documento que se escribió en el mil seiscientos y cacho, se siga poniendo porque la gente sigue pensando que tiene algo más que aportar y eso me parece muy increíble y eso me parece que hace todavía más grandes a las obras que ya lo son.
¿Cómo se ha transformado tu visión de la obra y sus componentes a lo largo de esta temporada? ¿Cómo mutó tu concepción del personaje y cómo llega tu Hamlet al Esperanza Iris?
Creo que había una cosa -no sólo en mí sino en todos- ¡Oh!, estamos haciendo Hamlet y creo que eso nos resta puntos. Creo que el juego no significa una falta de respeto que te tomes las cosas frívolamente. El teatro se funda en eso: en el jugar, en el escuchar, en el voltearte a ver. Esto ya se montó miles de veces, no estamos encontrando el hilo negro y estamos aportando nuestra experiencia de vida a ella, creo que me estoy acercando mucho más libremente, este es Hamlet, este es nuestro montaje y vamos a darle.
¿Impone el escenario del Esperanza Iris?
No sólo es la cantidad de público sino que están hacia arriba, la voz tiene que proyectarse hacia otros lados, la energía tengo que manejarla de manera distinta entonces sí por supuesto que imponen estos lugares. Me encanta que un teatro de la envergadura de la historia del Esperanza Iris esté recibiendo montajes tan de hoy en día, eso está increíble, creo que tenemos que recuperar esos espacios.
¿Qué otros personajes masculinos del canon literario te gustaría llevar a tu terreno para interpretarlos?
No tengo uno en particular que diga esto quiero hacer, pero me gusta mucho de los clásicos que hay muchos que pelean y a mi eso siempre me ha gustado mucho como el trabajo corporal. Me gustaría muchísimo hacer algo así como un guerrero; estoy pensando en Juana de Arco pero es mujer, son pocas las mujeres que en ese momento se describen como mujeres guerreras entonces algo así me gustaría hacer.
Hamlet de William Shakespeare, bajo la dirección de Angelica Rogel se presenta este jueves 28 de julio en el teatro Esperanza Iris de la Ciudad de México, posteriormente tendrá funciones en León, Tijuana y cerrará sus temporada en Monterrey.