Resulta difícil, por decir lo menos, reseñar un proyecto teatral que nace de cero. Una iniciativa artística que, sabemos, carga con una fuerte dosis de ilusión, alma y empuje para lograr formalizar. La ambición de Alan Estrada, Janet Chao, Vince Miranda y Salvador Suárez O., se concreta sobre el escenario del Nuevo Teatro Ramíro Jiménez al sur de la Ciudad de México con Siete veces adiós, protagonizada por Fernanda Castillo, Gustavo Egelhaaf y Cesar Enríquez.
Lo primero que deberíamos advertir al espectador es que no estamos frente a un musical en la definición más clásica del género. Y en segundo lugar será sensato advertirle que los actores principales no cantan. Sentar las expectativas al respecto disminuirá la decepción si se espera contar esos momentos de audacia vocal, que los hay, pero que no provienen de sus protagonistas y quienes tienen en la memoria a Fernanda Castillo cómo la María mexicana del exitoso Hoy No Me Puedo Levantar de 2005, quizá esperarían vivir.