El Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM) abrió con la proyección de ‘Annette’ el musical del cineasta francés Leos Carax protagonizado por Adam Driver y Marion Cotillard.
Annette, la reciente película del celebrado cineasta francés Leos Carax es un alucinante y oscuro musical protagonizado por Adam Driver, Marion Cotillard y una inquietante marioneta que deja sobre el espectador una serie de sensaciones nada sencillas de digerir. Con este filme, el Festival Internacional de Cine de Morelia inauguró su edición número 19.
Los amantes del género musical encontrarán buen cobijo en esta pieza de Carax. O no. Pasa que la cinta abraza de forma peculiar los elementos del musical clásico, pero también los trastoca.
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En algún punto de la historia, el musical se ha considerado como un género menor. No en tanto en las complejidades de su producción que casi siempre resulta ser fastuosa, sino en los conflictos que plantea. Un género diluido de la ópera. Se asocian sus temáticas con romances edulcorados que, a pesar de los conflictos, llegan a buen puerto, tramas esperanzadoras o puntos de vista exageradamente optimista de las problemáticas sociales que, por lo general, sólo logra explorarlas desde la superficie.
Es cierto, Annette es una historia de amor. Pero tan lo es, que no deja fuera lo escabroso, amenazante, terrorífico, angustiante, monstruoso y trágico que pueden ser las relaciones amorosas planteadas desde el canon.
Como todo buen musical que se precie de serlo, Annette arranca con una obertura mucho más cercana a las puestas teatrales postmodernas que le reiteran al espectador que lo que está a punto de mirar es ficción. Desde la cabina de un estudio de grabación, el propio Carax junto a su hija Nastya, aprietan los botones indicados para arrancar la grabación, mientras Ron y Russell Mael, encargados de la partitura, avanzan hacia la calle donde se suman los actores, quienes comienzan a adquirir los elementos físicos que les permiten construir sus personajes. El espectador es testigo de esta metamorfosis. Claro con los artificios del cine.
Este primer plano secuencia de la cinta cobra diversos significados. Sin alentar spoiler alguno, la aparición de la hija del cineasta cobra relevancia en tanto que la relación padre artistas-hija, es una de las columnas narrativas del filme.
Hablemos justamente de los personajes principales. Dos humanos colocados en extremos considerables del espectro cultural: ella es una reconocida soprano, solista de una importante agrupación de ópera que muere y revive cada noche en el Walt Disney Concert Hall de Los Ángeles. Él es un desfachatado comediante que cobra actitudes muy cercanas a las de un simio, desde el banano que come antes de salir a escena, hasta su corporalidad en el escenario y se complace en confrontar, de forma un tanto irascible, a sus espectadores provocándoles la risa.
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En el musical como género, la trama casi siempre se juega en el terreno de lo irreal, de lo onírico, de lo hiperbólico. En Annette ocurre lo mismo pero el tono es más cercano a lo pesadillesco. Los momentos cantados, que son casi todos, son el pulso contundente de las atormentadas conciencias de los personajes: la relación amorosa, la infidelidad, la pulsión violenta, la relación con los hijos que, en una lectura literal, se convierten en títeres o muñecos de los padres, hasta la muerte simbólica y la muerte real.
Annette no es precisamente un musical de grandes voces ni de momentos musicales gloriosos. Estas son reemplazadas por interpretaciones profundas presentes en Driver que lleva la voz cantante, también en Marrion Cotillard que no deja de ser una presencia apabullante; pero también en Simon Helberg quien tiene un momento memorable donde justo se cohesionan las posibilidades narrativa del género musical.
Al final hay cierta sensación ambigua respecto a otro de los temas capitales deAnnette.No queda muy claro el posicionamiento del cineasta respecto a temas sensibles como las conductas inapropiadas justificadas bajo el reflector de la genialidad, las masculinidades tóxicas y el papel de los medios. Pero esa misma incertidumbre existe en el debate y en los casos públicos y en los que enfrentamos en la cotidianidad, por lo que se convierte en la reflexión posterior, esa que llega justo cuando aparecen los créditos junto a un remate coreografiado.
El filme se estrenará en salas comerciales el próximo 4 de noviembre y en línea a través de la plataforma de streaming Mubi, el 26 de noviembre.