La respuesta en redes sociales no se hizo esperar y diversas voces criticaron esta decisión. “Es inadmisible la elección de Pedro Reyes, un artista hombre que no se autoidentifica como indígena, para representar a ‘la mujer indígena’: así, generalizada, negando con ello la particularidad y diversidad de las mujeres que se autoidentifican como miembros de pueblos y naciones originarias, y poniendo su imagen en manos de la mirada de un hombre blanco-mestizo”, se podía leer en una carta enviada al ejecutivo federal.
El pedestal hasta entonces vacío, fue ocupado por un grupo de manifestantes feministas quienes colocaron una figura de color morado, con dimensiones cercanas a los dos metros y que representa a una mujer con el puño en alto, a la que llamaron “anti monumenta”
La última decisión y, al parecer, la definitiva, es que será La joven de Amajac, una figura de dos metros de altura, esculpida en piedra descubierta en la comunidad de Hidalgo Amajac, Veracruz, la que ocupé el lugar de Colón.