La música sinfónica mexicana tuvo su edad de oro alrededor de los años treinta y cuarenta con compositores como Manuel M. Ponce, José Pablo Moncayo, Rafael Tello, Silvestre Revueltas y José Rolón, por mencionar algunos. Durante este periodo se compusieron canciones como el Huapango, la obra sinfónica más conocida de Moncayo que continúa interpretándose en los actos oficiales y festivos del país, a tal punto de considerarse “el segundoHimno Nacional Mexicano".
Sin embargo, la composición de música de orquesta ha tenido un declive en el país desde aquellos años, pues la mayoría de las canciones que actualmente se siguen escuchando y representando de este género tienen más de cincuenta años de antigüedad. Debido a ello, el joven compositor Juan Pablo Contreras se alza como un precursor de la música de orquesta mexicana actual al crear obras contemporáneas que sintetizan lo clásico con elementos sonoros de la cultura nacional.
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Originario de Guadalajara Jalisco, Contreras es reconocido por su propuesta musical clásica que lo llevó a firmar con el sello discográfico Universal Music México y a ser nominado al Latin Grammy. A sus sólo 34 años, es un artista conocido internacionalmente que ha ganado más de 13 premios en composición como el BMI William Schuman Prize y el Presser Music Award.
Juan Pablo tuvo una influencia musical desde muy pequeño con una madre pianista concertista y aprendió a tocar el violín desde sus seis años. Posteriormente a los 14 años de edad aprendió a tocar la guitarra y bajo eléctricos en una banda de metal progresivo-sinfónico que fusionaba el heavy metal con la orquesta. Fue en esta etapa en la se despertó la curiosidad del compositor para escribir música orquestal. Gracias a ello, Juan Pablo ingresó a la carrera de Composición de música de orquesta para cine en Los Angeles, California. Aquí, surgió su pasión por escribir “música clásica nueva que sonara a México”.
Juan Pablo Contreras, en medio de un concierto. (Cortesía. )
Como compositor de música clásica actual, Juan aclara que su objetivo principal es promover este tipo de música y hacer que el público nacional se sienta representado: “Quiero que la esencia de México esté presente en toda mi música. Muchas veces el público mexicano no se siente representado a la hora de escuchar música clásica porque generalmente siempre es Mozart y Beethoven. Eso no tiene que ver mucho con nosotros porque no nos habla directamente y yo quiero que sepan que hay un compositor mexicano que está escribiendo música para su gente”.
La obra que ha tenido mayor éxito del artista es Mariachitlán, misma que fue nominada a un Latin Grammy en 2019. Debido a que Contreras es un compositor visual y narrativo -ya que en cada obra trata de construir una historia-, esta obra trata de recrear la experiencia de ir a una plaza de mariachis donde se escuchan a diferentes grupos de mariachi peleando entre sí para ganarse al público. “Es una obra muy alegre que tiene mucho sentido del humor. Tiene esas ‘desafinaciones’ y ‘jiribilla’ que escuchas en los mariachis de las calles del país. No quería idealizar al mariachi sino dejar esa parte cruda y cómica”.
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La manera en que el artista logra plasmar “lo mexicano” en su trabajo es gracias a los instrumentos musicales que utiliza, los cuales son los típicos de la música popular mexicana como las trompetas, el violín, el arpa, el xilófono, la marimba, etcétera. Juan Pablo aclara que debido a que estos instrumentos suelen utilizarse para la orquesta, es muy conveniente mezclar los géneros de lo sinfónico con lo popular mexicano.
Para crear sus obras, el artista trata de componer música que a él le gustaría escuchar: “Como compositor siempre me pongo en los zapatos del público; pienso y planeo como si fuera el público. Aunque aún hay mucho por avanzar y hay mucho material para modernizar la orquesta”.
La música de Juan Pablo ha sido interpretada por algunas de las mejores orquestas del continente como la Orquesta Sinfónica Nacional de México, las Filarmónicas de la Ciudad de México y de la UNAM, así como por distintas agrupaciones en los países de Venezuela, Argentina y Estados Unidos. “El mejor cumplido para un compositor es que toquen tu música para que eventualmente se vuelva muy sonada y parte de la música típica de tu país”, finaliza con ilusión.
