Al presentarle un crayón, un pincel o un lápiz a un niño, le abrimos las puertas para que se exprese con total libertad. El arte es la manera en la que ellos proyectan sus más profundos sentimientos, lo que la convierte en una actividad fundamental para el ser humano. Esto fue lo que motivó a Florencia Infante de Garza, presidenta de la Fundación Unidos por el Arte contra el Cáncer Infantil (UNAC), a unirse con el Museo de Bellas Artes (MOA) de Atami, Japón y con el Colegio de Arte y Ciencia de la Vida para invitar a la juventud mexicana a participar en el XXV Concurso Internacional de Pintura Infantil.
En una entrevista con la señora Infante, quien es parte del jurado de dicho concurso, destacó el valioso papel que tiene la pintura en el desarrollo de los infantes como un “poderoso medio de comunicación” que le permite a los niños compartir la visión que tienen de la realidad, retratándose a través de dibujos repletos de ideas y anhelos que pocas veces logran manifestar con palabras y también cumple la función de describir de manera implícita las problemáticas que puedan estar afectando a sus familias, sus entornos o inclusive a ellos mismos, brindando resultados semejantes a los de un análisis psicológico.