Silvana Estrada, la canción como bandera

¿Resulta raro que una joven de 24 años no tuviera un disco editado, pero que se presentara en la última edición del Vive Latino como la artista más joven? Quizá. Y más extraño podría parecer que se convirtiera en la primera latina en firmar con Glassnote Records (la disquera de Mumford & Sons y Phoenix), y fuera considerada dos años consecutivos por la revista Billboard como una de las latinas a escuchar y actualmente celebre una gira de 15 ciudades por España, incluida Madrid y su Palacio Real.

Pero ya lo dice la misma compositora: "el río no corre al revés”. Silvana es hoy la cantante más relevante de su generación por su talento, trabajo y sensibilidad. Dio voz a millones de mujeres que en México son víctimas del sistema patriarcal; con Si me matan recordó a las 10 mujeres que en promedio son asesinadas al día en este país y abanderó, sin saberlo, esta causa alrededor del mundo.

¿Cuántas emociones caben en un falsete, en un cuatro venezolano?¿Cuántos temas se pueden abanderar bajo una canción? ¿Qué es la poesía sino una composición de Silvana Estrada?

Si se buscan respuestas se debe escuchar Marchita, el primer disco de Silvana que saldrá próximamente y cuyo sencillo homónimo sale este 30 de julio. En entrevista previa al anuncio del lanzamiento, la veracruzana desentrañó su nuevo álbum.

Marchita está listo desde hace meses, pero por varias circunstancias no ha podido salir. ¿No sientes de pronto ganas de cambiarle algo?

En este tiempo de no sacar el disco y de estar con un montón de tiempo libre para crear, ha sido muy tentador meterle mano. Han sido muchas veces de estar en la casa, escuchar el disco y decir: "uy, esto lo quiero cambiar". Es verdad.

Cuando tienes la obra o el material tan cerquita… Al final, enseñarlo representa un compromiso enorme que es en el que ya no lo puedes cambiar. A veces estaba en la casa y pensaba: "quisiera entrar al estudio y grabar esto otra vez". Pero no, concentré esas energías turbias en generar otro tipo de contenidos para el disco: videos, la parte editorial, la fotografía.

O sea que está más que listo

Como es el primero y ha sido muy ambicioso ha tardado un poco más, pero ya sale. Estoy súper contenta y cada día más liberada.

Por lo que he podido escuchar del disco, las canciones son muy sensoriales ¿Se puede sentir el entorno?

La canción tiene mucha información sonora y estética, como que entras a un mundo muy concreto. Y siento que en mi quehacer como compositora no estoy exenta de incluir mi entorno. Incluso ahora que vivo en la Ciudad de México, sigo escribiendo metáforas e imágenes del campo y la naturaleza. Tiene que ver con dónde crecí. No sé si tenga mucho qué ver, pero pasé mucho tiempo de infancia sola, de alguna manera aislada en el campo, y eso forjó mucho de mi lenguaje metafórico.

A veces son poco claras, como (el verso) "el río no corre al revés", es algo de mi casa. Yo crecí frente a un río y mi lógica es que el agua va para la derecha; el día que vaya para la izquierda va a ser un sinsentido. Me conmueve mucho que la gente lo entienda y se emocione con esa imagen igual que yo.

Quizá es gente que no ha estado en mi misma situación. Al final, siento que mi música tiene mucho de eso; intento ser muy honesta con quién soy, con lo que tengo que decir, con las raíces que tengo y la maravilla es que conecto a través de eso que tengo que decir.

El disco también se siente como un cierre. Aun cuando se está hablando de un duelo, una separación o un fin de ciclo hay una parte de entendimiento, una parte de resignación pero no en el mal sentido…

El arte de rendirse ante el vértigo, el duelo, el dolor o la felicidad me parece un acto súper noble. Aceptar lo que es como es. Y soltar… No es que yo tenga la gran información del mundo, pero siento que voy a otro paso de entender las cosas. No intento forzar las cosas a la hora de escribir. Pienso: "quiero decir esto, me pasó esto y no quiero que haya bueno ni malo, ni luz ni oscuridad, que sea lo que tenga que ser".

En ese sentido, me siento muy en el centro. No voy ni a la víctima ni al victimario en un duelo de amor. Me parece mucho más sano abordarlo desde la rendición. Esto es lo que hay, ¿cómo hago que sea hermoso? No hay más enseñanza de nada. Sobre todo, en el mundo cantautor, hay un afán muy grande de decir grandes verdades todo el tiempo. Y de repente a mí me gusta lo contrario, decir un lugar común, pero como lo diría yo, y ya está y no pretender enseñarle a nada a nadie. Simplemente ser muy honesta y ya y eso.

¿Cómo logras construir tus frases, hacer poesía de una canción?

Si alguien me dice "soy de ti", me derrito y me muero. Pero si alguien me dice "soy tuyo", me da igual. No quiero que seas mío, pero sí que seas de mí. Esa búsqueda va más allá de decir que algo va a ser un poema. Habrá gente que sepa mucho de poesía, métrica y metáforas, y lo haga más consciente, pero para mí es la tripa.

De pronto hay ciertas imágenes con cierto orden que me conmueven un montón. No sé si está mal o se pueda ver mal, pero me gusta mucho la música que hago y me gusta cantarla y acabo conmovida. Lo que acabas de recitar me encanta, pienso que así me siento, y claro, porque yo lo escribí, pero acabo sorprendiéndome de estructuras en las que hay una cosa que busco, que no es muy clara y no siempre es tal.

A veces está ahí, nada más para mí y a veces pasan dos años y no termino de hacer que funcione la canción. Es eso, la víscera. Parte de una necesidad de querer sacar cosas de una manera que no me duela.

Me imagino que la víscera se puede ligar a la música. En tu música hay mucho folklore, pero el jazz está presente en todo lados, entonces, ¿cómo logras combinar estas músicas y que se sienta honesto, desde dentro?

¿Sabes qué me pasa? Que yo también me lo pregunto… Creo que el secreto de que se sienta honesto es que no es algo que yo busqué sino que simplemente le di entrada a las cosas que fui aprendiendo. Canto desde muy niña porque me ha gustado desde toda la vida y mi familia es de músicos y por un lado tuvo mucho sentido para mí crecer en el folklore, cantar el son jarocho y la música latinoamericana, pero después tuvo mucho sentido estudiar jazz y estar en Nueva York y trabajar de back vocalist.

Hice un montón de coros y es espectacular porque de un día a otro tienes que hacer coros de son cubano y luego de reggae y luego R&B. Yo que hice dos años de universidad, a las cosas que me he enfrentado como retos vocales son las cosas que más posibilidades me han dado. Lo único que te va a hacer libre en la música es la técnica y conocer tu instrumento.

Espero mejorar y mejorar, pero siento que esos añitos que me aventé de un lugar a otro, en los que a lo mejor pensaba que no sabía que estaba haciendo o que quería, al final me dieron un montón de herramientas. Entré a hacer canciones con mucha humildad, como que lo hago porque lo necesito pero a ver con qué voz o aparato musical lo hacía. Yo no me siento con una voz muy educada o muy estudiada, pero fue ese rascar por mucho tiempo por varios lugares y encontrar lo que uno es.

Me da la impresión de que esta naturalidad y soltura de la que hablas es la misma con que te han llegado las cosas: la primera latina en firmar con Glassnote Records, dos listas en Billboard, el año pasado llegaste al Vive Latino como la artista más joven y sin disco físico editado y ahí estás…

Ha sido todo muy orgánico, muy, muy… Es loco porque yo, incluso viniendo de familia de músicos, nunca tuve mucha idea de lo que significaba ser compositora. Para mí, la idea de ser músico o era ser músico tradicional y tocar en la calle o los portales de Veracruz o ser músico clásico y tocar en una orquesta. Era mis únicas ideas y ha sido súper bonito ir entendiendo cómo es. Cada día me sorprendo de ver cómo funciona y cómo fluye.

Acercarse a la música con inocencia y humildad de decir "a ver qué pasa". Estoy tranquila de ir haciendo esto y que los demás se resuelva como deba de ser ha sido súper bonito. Salí de casa, estuve viajando un rato y luego llegué a Ciudad de México; el que comparta a través de la música es un vínculo muy fuerte con el mundo. Un montón de amigos y amigos, gente que amo y me ama, hemos creado un vínculo a través de la música y de querer aprender.

Así fue como me acerqué a El David Aguilar, a Alex Ferreira, Natalia (Lafourcade), Mon (Laferte), a Julieta (Venegas). Han sido súper generosos desde el inicio. Me siento súper agradecida de poder seguir aprendiendo de gente que admiro tanto, quiero tanto y tengo tan cerca. Eso es parte de la naturalidad de la que hablas. Todo ha nacido a partir de sentimientos honesto y no sé si sea muy cursi, pero de sentimientos como querer estar con la gente que quiero.

No ha sido fácil, pero sí emocionante. Al final, todo parece como que ha sido ganar, ganar, pero uno trabaja todos los día durante cuatro o cinco años y un día se empieza a ver, pero los años anteriores son como ir cavando debajo de la tierra. Esos momentos son importantísimos para ir aguantando.

Al final, esos momentos no vuelven: viajar yo sola, yo bookear mi propia gira, llegar a un lugar donde yo tengo que barrer el escenario porque no hay nadie ahí… Es bonito y no vuelven esos momentos. No es que quiero que vuelvan, pero los agradezco un montón.