Luis Arturo García, egresado del Centro Universitario de Teatro de la UNAM, busca no infantilizar la obra ni las propuestas, sino que trata de “romper con los paradigmas acerca de que una obra de teatro no puede tocar temas como éste.” Es así que plantea una línea muy clara con la protagonista llamada Mar quien pierde a su hermana y encuentra refugio en la propia creatividad con su amigo imaginario llamado Gon, en honor a Francisco de Góngora y Argote, siendo descrito por el director mexicano como un símbolo de no perder la esperanza, como una especie de motor, de Pepe Grillo o de Conciencia.
Gon y Mar, Mar y Gon son los únicos protagonistas y personajes de la pieza teatral, la cual es llevada a partir de escenarios imaginarios en forma de dibujos provenientes de la imaginación de Mar (Phany Molina), que va construyendo a lo largo de la obra para encontrar a su hermana desaparecida. En el desarrollo de la historia, el público interactúa y observa a la actriz dibujar en vivo a través de un proyector y un telón de papel creando un vínculo entre actriz- espectador.
Es una puesta en escena orientada hacia un público infantil y adolescente con temas enfocados a la desaparición y violencia. Es descrita por el director mexicano como una obra que no tiene filtros, pero que a su vez hay contrapuntos que nos permiten conocer “lo importante que es la comunicación, lo importante de la creatividad y la imaginación en momentos críticos y, sin tratar de caer en un cliché, es importante tener la esperanza y continuar con la búsqueda de las personas”.