Oscar 2021: “Mank” el homenaje crítico de Fincher a Hollywood
“Mank”, con diez nominaciones al Oscar, mira a Ciudadano Kane desde un ángulo periférico, la pugna del guión en la que se considera una de las mejores películas de la historia.
‘Mank’ de David Fincher es el homenaje que todo cineasta canónico quiere hacer al cine mismo. Es popular la idea de que la cinta de 1941, "Ciudadano Kane" es una de las cintas mejor filmadas en la historia. Eso se debe a sus innovaciones tecnológicas, a la propuesta visual y estética y a la narrativa con la que cuenta su historia.
David Fincher voltear a ver esta cinta para presentar su nuevo largometraje, de la mano de la plataforma Netflix , pero quiere atacar desde un punto de vista periférico que es la pugna que existe por la autoría del guión de la legendaria película entre la entonces joven promesa de Hollywood Orson Welles de tan solo 24 años de edad y un veternao guionista y dramaturgo de nombre Herman Mankiewicz.
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Esta disputa por atribuirle la autoría del guión de "Ciudadano Kane" al uno o al otro ha traspasado la barrera del tiempo. Críticos, cineasta, estudiosos e, incluso, los fanáticos han tomado partido al respecto. En ese caso particular Jack Fincher, el padre del director y el guionista de la cinta, se centra en el punto de vista de Mankiewicz y lo hace con dos puntos de partida.
Por un lado el material anecdótico a partir del cual Mank logra crear Ciudadano Kane inspirado en el legendario empresario de medios William Randolph Hearst y por otro lado todo el proceso tortuoso y caótico de la escritura del propio guión en un tiempo récord impuesto por el propio Orson Welles de 60 días.
Mank es un homenaje un tanto tramposo. Por un lado mira con cierto apetito nostálgico a la época dorada de Hollywood de los años 30 y 40 y utiliza recursos visuales particulares de la época que se ocupa en retratar. No solo desde lo obvio en el blanco y negro de la fotografía, sino desde las transiciones, los encuadres y fundir a negros al final de las escenas. pero también es un señalamiento un tanto crítico a la industricia cinematográfica y sus vínculos con la política, con el poder y con los empresarios que, a su vez, tenían intereses políticos.
Es particular la dimensión corporal que ejecuta Gary Oldman en la interpretación de este protagónico, un guionista con problemas críticos de su profesión, donde se está cuestionando un poco la labor que realiza, problemas de alcohol de relación con su esposa con una capacidad fina respecto al lenguaje; una de sus características es su uso del lenguaje audacia, con rapidez, con fluidez y una capacidad para incomodar a los presentes en sofisticadas reuniones con comentarios incisivos, poco prudentes o que podrían ser considerados incluso de mal gusto.
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La postura del filme que resulta de interés es el dilema que le plantea a su protagonista cuando al principio cede los derechos y está consciente de que su nombre no aparecerá en los créditos pero después de atravesar por el proceso creativo, busca el reconocimiento.
La cinta, a su vez, se convierte en un genuino interés de sus realizadores por enviar al primer plano a los guionistas, un oficio casi siempre opacado por la luz de los directores que son quienes cobran el total protagonismo en una producción. En este caso los guiños son muy claros y aparecen en unas viñetas que son referencias directas a las acotaciones presentes en los guiones para que actores y resto del crew los conozcan.
La película está contada en dos tiempos, una serie de flashbacks que son toda la parte anecdótica, las experiencias de “Mank” con William Randolph Hearst, su fuente de inspiración para escribir Ciudadano Kane, y toda la visión que tiene respecto a la Industria Cinematográfica y, por otro lado, el presente de la ficción donde está escribiendo el guión mientras se recupera de un accidente y se debate con sus problemas de alcoholismo.