El trabajo de Raffaella está cimentado en las técnicas del arte figurativa y realista. Sus cuadros resguardan en composición, dramatismo y ejecución el espíritu artístico del siglo XIX pero relatan historias del XXI como aquel retrato de una mujer que descansa sobre un sillón en lo que parece una librería doméstica y, mientras fuma un cigarrillo, se descalza. Una obra que obtuvo un premio del jurado en el Concurso Internacional Art Olympia 2017.
“Si tengo algún pensamiento o un sentimiento y lo tengo por suficiente tiempo, primero es identificar ¿qué es lo que estoy sintiendo? ¿qué es lo que me está molestando? y luego cómo puedo yo representarlo”, dice sobre su proceso creativo. Después pasa a la etapa de boceto y de investigación de cómo ese mismo tema ha sido representado por diferentes artistas.
Rafaella trabaja con modelos o a partir de fotografías pero también con ella como modelo, para lo cual introduce espejos a la ecuación. “Aunque use a otros modelos, yo siempre estoy representado cosas mías. Cuando soy yo todavía lo hace un poco más personal. Es buenísimo porque la modelo nunca llega tarde, siempre que el pintor está listo, ella lo está”, bromea.
“Desde pequeña siempre estaba con pinceles, pinturas. Mi padre era caricaturista (Rafael "La Ranita" Freyre) y tenía su taller en casa. Me pusieron un caballete pequeño ahí”, recuerda de sus orígenes. Tomó clases de pintura con Demetrio Llordén, de los 15 a los 18 no pintó, pues decidió vivir su adolescencia.