Valeria Luiselli: “Escribir, no sé estar en el mundo de ningún otro modo”

Hace doce o trece años, un poco antes de que la autora de Desierto sonoro se trasladara de forma definitiva a Nueva York, pasó unos meses en aquella ciudad mientras realizaba una pasantía en la ONU. El palacio de la luna la acompañó mientras lavaba su ropa en el centro de lavado que estaba debajo del edificio en el que rentaba un departamento. “Lo leí entero en ciclos de lavado infinito”.

Este libro ambientado en la ciudad de Nueva York fue, en palabra de Luiselli, un primer mapa afectivo de la ciudad. “Cuando llegamos a una ciudad que no conocemos, si ya leímos un libro que sucede en esa ciudad, o estamos leyendo un libro que sucede en esa ciudad tenemos inmediatamente una relación más profunda, más emotiva, más afectiva con ese espacio”.

Escribir el confinamiento

Hace algunos meses, apenas comenzaba el confinamiento en México y Nueva York pasaba por su momento más álgido de contagios tuvimos una conversación, también telefónica, con Valeria Luiselli. En aquel momento, mientras cuidaba que algunas semillas de frijoles y calabaza germinaran en frascos como aquel experimento de preescolar, comentó que no tenía pretensiones de escribir algo particular sobre la pandemia pero sí que pensaba que había que tener registro de ello.

Meses después con una sonrisa que se escucha sumida en la ironía confiesa “terminé escribiendo una especie de algo. No sé qué hacer si no escribo. No sé estar en el mundo de ningún otro modo”.

La autora presenta Ver morir una polilla , un ensayo en el que describe el paso del tiempo en su departamento en Nueva York durante la época del confinamiento ocasionado por la pandemia de Covid-19. Esta pieza de la cual también grabó una versión en audio con su voz, ya se encuentra disponible en plataformas tanto en español como en inglés.

Esta exploración de la voz y el material sonoro se percibe como una necesidad peculiar para la autora de Los Ingrávidos. Desde hace más de un año se encuentra trabajando en una “pieza sonora” con el músico Leonardo Heiblum y con Ricardo Giraldo; materiales a los que llama ensayos sonoros. “Me parece una manera de conectar con la realidad que pide de nosotros un tipo de atención distinta al que le prestamos al campo de lo visual y que me interesa mucho explorar”.

Previo a la pandemia, Valeria Luiselli también trabajaba en otro proyecto en el que pretendía reunir a diversas mujeres cercanas a ella para realizar una serie de performances en el desierto. Pero la situación actual ha mantenido en un limbo todo plan relacionado.

Finalmente, ante el clima político que se vive en Estados Unidos previo a las elecciones presidenciales a celebrarse en los primeros días de noviembre, la autora dijo sentirse francamente nerviosa e inquieta por lo que pueda pasar antes, durante y después de los comicios.

Lo que más le preocupa a Valeria es el clima de tensión y la división profunda que hay entre quienes consideran que ese país es también es suyo; es decir minorías raciales, lingüísticas y personas migrantes y, por otro lado, grupos radicales, supremacistas blancos que están, sobre todo desde la llega de Trump, cada vez más empoderados y que se sienten dueños del país de la narrativa. Es un momento de mucha tensión, estoy sin duda muy preocupada y vamos a ver qué pasa.