Cuando Jaime Gerardo despertó de un sueño profundo, la pintura Yo y mis pericos, de la afamada artista mexicana Frida Kahlo , y una pieza sin identificar del muralista Rufino Tamayo ya no estaban. Habían sido robadas de su domicilio en la Alcaldía Miguel Hidalgo de la Ciudad de México.
Lo que este señor de 63 años recuerda es que una tarde antes una pareja llamó a su puerta, supuestamente interesados en comprar las piezas que él había ofertado previamente.