Rodrigo y Carlos Zedillo, los hermanos que reconstruyen desde la diversidad
Con el arte y la arquitectura como motores esenciales, los hijos del expresidente Ernesto Zedillo quieren comunicar el rostro profundo de la sostenibilidad.
Hay maquetas por todos lados. En medio de planos y prototipos de viviendas que, en muchos casos, se han convertido en casas para afectados por los sismos de 2017, los hermanos Zedillo nos reciben en sus oficinas de la colonia Condesa en la Ciudad de México. Uno de camisa blanca, otro en color negro, hablan del origen de su labor y los aprendizajes que han cosechado.
Cinco son los años que dividen la vida de los hermanos Zedillo. Cuando Rodrigo nació, compartió la habitación de Carlos y se volvieron inseparables. Parece que siempre tuvieron claro que realizarían juntos un proyecto. Hoy son la cabeza de la iniciativa Pienza Sostenible , asociación civil comunica y activa los objetivos de la agenda 2030 de la Organización de las Naciones Unidas con el arte como vehículo.
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“Cuando hablaba de desarrollo sostenible a veces comunicarlo era muy complejo. Era mucha lata”, cuenta Carlos, el mayor y arquitecto de profesión. A la par que él realizaba investigaciones y proyectos en este terreno, Rodrigo, el menor y con estudios en teatro e historia, configuraba una plataforma de vinculación artística que apoya a realizadores emergentes de México. “Yo también ya traía esa espinita de que mis artistas hablarán de cosas relevantes en el país y que crearán piezas de cosas que nos preocupan”.
Decidieron unir voluntades en una iniciativa. A través del discurso estético de diversos artistas contemporáneos buscaron comunicar los principios de la sostenibilidad más allá del no “uso de popotes.” Carlos explica que este concepto está asociado con el desarrollo económico pero desde un enfoque incluyente y con una responsabilidad con el medio ambiente, lo cual implica diversos retos: desde erradicar la pobreza, evitar el hambre, construir sociedades con equidad de género y establecer relaciones más pacíficas.
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PUNTO DE PARTIDA
El detonante de Pienza Sostenible es la data. El primer paso de esta iniciativa, relatan, fue conformar un grupo de investigación para crear una radiografía a través de los indicadores. La pobreza, el hambre, la falta de salud y la violencia fueron rastreados y presentados en informes que, de primera intención, no decían nada.
Debemos de salir a escuchar a las familias, entender sus necesidades y entender que la diversidad del país se puede expresar también a partir de la arquitectura.
Carlos Zedillo, arquitecto.
Invitaron a pensadores visuales, les entregaron estos resultados para que ellos, a su vez, abordaran los temas de una forma más “táctil, más sensorial”. Los primeros comisionados fueron Carlos García Noriega, Luis Hampshire, así como Stefan Brüggemann, autor de la pieza que se encuentra justo en la oficina donde se desarrolla esta entrevista. Tras la tercera exposición que organizaron, ocurrieron los sismo de septiembre de 2017. En medio de este panorama, la vocación de Pienza Sostenible viró hacia la reconstrucción de México.
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RECONSTRUIR DESDE LA DIVERSIDAD
La responsabilidad social y el interés en el arte, coinciden los hermanos, han estado presente desde siempre en su familia. Su intención de contribuir tras los terremotos fue orgánica. Antes de los terremotos, ya trabajan con arquitectos en proyectos con perfil sostenible. Su manera de ayudar fue, primero, a través de una plataforma Brigada, que cruzaba indicadores sobre poblaciones de alta vulnerabilidad que quedaba, por diversas razones, fuera de los apoyos gubernamentales.
Rodrigo explica que nunca quisieron ser la primera asociación en brindar ayuda. “Queríamos ser la fundación más eficaz”. Recurrieron a la metodología que ya implementan basada en un principio. “Para ayudar, hay que conocer”. Lograron sumar la voluntad de diversos despachos de arquitectos dispuestos a comprometerse con un caso particular y proyectar un nuevo hogar para los afectados a partir de sus necesidades particulares.
“La vivienda no debe ser un ejercicio vertical. Debemos salir a escuchar a las familias, entender sus necesidades y que la diversidad del país se puede expresar también a partir de la arquitectura”, dijo Carlos. Así han desarrollado proyectos en Ocuilan, en el Estado de México y en San Mateo del Mar en Oaxaca.
Apenas termina nuestra conversación, Rodrigo sale corriendo, al parecer llegará tarde a una cita médica. En la habitación contigua un grupo de estudiantes de la universidad de Yale esperan a Carlos, quien impartirá una clase sobre arquitectura. Los hermanos Zedillo no paran. Apenas termina nuestra conversación, Rodrigo sale corriendo, al parecer llegará tarde a una cita médica. En la habitación contigua un grupo de estudiantes de la universidad de Yale esperan a Carlos, quien impartirá una clase sobre arquitectura. Los hermanos Zedillo no paran.