Mario Vargas Llosa no usa celular y jamás lee un libro electrónico
Mario Vargas Llosa, premio Nobel 2010, lamenta muchas cosas de un mundo que es muy diferente al que nació, en 1936, y en el que creció como intelectual: la ausencia de compromiso cívico-político entre los escritores más jóvenes, la extinción de la literatura seria en el mundo de la convergencia de las tecnologías, la violencia del narcotráfico y la corrupción –esa no tan nueva, aclara–. Se aburrió con la serie Los Soprano (solo rescata The Wire), no usa celular –su esposa Patricia toma por él las llamadas, incluida en la que le avisaron que ganó el Nobel– y por supuesto escribe a mano. No ha podido leer un libro en formato electrónico, prefiere el peso del papel y la tinta. Pero ve un avance positivo en el mundo y su último libro, El héroe discreto, es casi optimista. "(El héroe discreto) es en todo caso mucho menos pesimista que mis otras novelas en lo que se refiere al Perú que describe; en cierta forma hasta optimista, porque muestra una sociedad que tiene muchísimos problemas, pero también una sociedad que progresa". La democracia "imperfecta" y "una sociedad que está creciendo económicamente, en la que hay oportunidades para gente humilde", como Felicito Yanaqué, el personaje principal, dice en entrevista Vargas Llosa. Perú no es el único que progresa; en 1990, el escritor definió como "dictadura perfecta" al sistema político mexicano. Ahora ve un país muy diferente. "Hoy día México es una democracia y durante más de 70 años no lo fue". "México es una sociedad libre, donde hay un juego político libre, hay elecciones libres, hay un derecho de crítica que se ejerce en la prensa que está ahí visible. Puede ser una democracia muy imperfecta como son todas las democracias en el mundo entero, pero también creo que es un país que va en la buena dirección pese a los problemas. Creo que vale eso para muchos países de América Latina, no para todos por desgracia, pero para muchos me parece que eso ocurre", dice. Lee la entrevista completa en CNNMéxico