Pablo y Guillermo Hermoso de Mendoza enfrentan su corrida más significativa

Nos acercamos a ellos para conocer un poco más a fondo los sentimientos y pensamientos que tienen en esta etapa de su vida al trabajar juntos. Es indudable que Guillermo ha heredado el talento y el porte de su padre, además teniéndolo como maestro, estamos seguros que seguirá los pasos de Pablo.

¿Cómo es trabajar entre padre e hijo?

Pablo: A todo padre le gusta estar el más tiempo posible con sus hijos, pero cuando puedes convivir en algo que te ha hecho a ti especial, en una profesión llena de arte, de miedos y de triunfos, compartiendo tus aprendizajes y conocimientos, y lo ves creciendo como lo hiciste tú algún día, eso nos ha acercado mucho más. El enseñarle me ha ayudado perfeccionar muchos detalles porque los veo a través de él.

Guillermo: Es un privilegio que uno de los mejores rejoneadores de la historia me pueda enseñar todos sus conocimientos y vivencias de la profesión y que por otro lado me enseñe valores y cómo vivir mi vida.

Guillermo, ¿siempre quisiste ser rejoneador? Es una historia muy curiosa, por ser hijo de mi padre, desde niño me lo preguntaba todo el mundo, pero siempre evadía, no me gustaba responder, ¡pero ni a mis papás! Cuando cumplí la mayoría de edad fue cuando esto se hizo realidad.

Pablo, ¿tu querías que siguiera tus pasos? A mí me preocupaba que mis hijos no siguieran la pasión por el caballo y el toro, con esta profesión crecen muchas cosas como una ganadería o una finca. He visto como a algunos compañeros su familia no los sigue y todo eso se desmorona. Yo si quería que ellos siguieran, ya fuera a nivel profesional o aficionado.

Cuando Guillermo dijo que quería dedicarse a eso, me puse muy contento al saber que podía heredar todos mis conocimientos y seguir viviendo la pasión a través de el. Pero por otro lado, yo sé todos los sinsabores, la dedicación, los miedos o las malas tardes, eso me preocupaba.

¿Comparten caballos? ¿Cuáles son sus favoritos?

Pablo: Hay caballos que le comparto, me atrevo a decir que ellos han sido mejores maestros que yo. Hay sensaciones, distancias y movimientos que se aprenden montando. Disparate es uno de los caballos más importantes que he puesto en sus manos, pero lo sigo usando yo. Pero también hay caballos nuevos que va entrenando él para aprender, y no dependa de otro jinete. El caso de Berlín, sólo se lo he dejado una vez, es uno de mis consentidos.

Guillermo: Siempre hay preferidos, para mí Barrabás ha sido uno de los más importantes, ya que me lo regaló desde potro y le he enseñado todo, cuando toreo con él tengo sentimientos de cariño, de la obra que he creado. Pirata es uno de los mejores de mi padre, me ha ayudado mucho. Cuando monté a Berlín tuve mucha precaución por miedo a que se desajustara, pero sentí cosas increíbles.

Platíquenme de Miren, ¿qué opina de tener esposo e hijo rejoneador?

Guillermo: Mucha gracia no le hace, pero cuando vio que yo me quería dedicar a esto me ha apoyado en lo bueno y en lo malo.

Pablo: Es una mujer fuerte que ha sufrido muchísimo a mi lado, pero ha disfrutado los triunfos. Le ha tocado vivir los incidentes, la tensión una semana antes de cada corrida y ahora con Guillermo es el doble.

Guillermo, ¿qué sentimientos tienes al reafirmar la alternativa en La México? Tomé la alternativa en Sevilla, y ya la he confirmado en Madrid y Nimes, Francia, ya tocaba La México. La he ido a ver y me impresionó muchísimo, es enorme y además tiene gran importancia a nivel mundial.

Pablo: Es una corrida con mucho sentimiento, yo cumplo 30 años de alternativa, 20 años de venir a México y ahora la confirmación de mi hijo. Es una cita que marca a la familia taurina.

¿Son supersticiosos?

Pablo: Hubo una época en la que yo era muy supersticioso, algunas eran propias, pero otras eran heredadas del medio. Pero hace 10 años me cansé porque marcaban momentos importantes, por lo que me quite todas. Tengo rituales que mantengo, uno de ellos es que monto una capillita con estampitas y medallas religiosas que me han regalado, en ellos veo el cariño de la gente que vive conmigo. Otra es que, antes de salir el toro, le agarro las orejas al caballo diciendo: “Estoy aquí”. Siempre le doy un beso a unas pulseras de San Pablo y la Vírgen de Guadalupe, es un recordatorio a mi familia.

Guillermo: No soy supersticioso, pero hay cosas que si las puedo evitar lo hago, pero tambíén monto mi propia capillita, es algo heredado al igual de darle beso a las pulseras. Un día me hice tres cruces en el muslo y me fue bien, desde ahí lo hago.

Guillermo, ¿cuál es el mejor consejo que te ha dado tu papá?
Hay muchos, pero el verlo día a día, con todo el esfuerzo y los sacrificios que hace es el mejor ejemplo para mí.

¿Cuál es su lema de vida?

Guillermo: Ser feliz, la vida es muy corta.

Pablo: Respeta para ser respetado.

¿Cuál es su frase taurina favorita?

Pablo: Educa a tu cuerpo para que cuando llegues a la plaza toree el alma.

Guillermo: El toreo es parar, templar y mandar.

¿Les gusta torear en piso?

Pablo: Guillermo es muy bueno, pero yo llegué al toro por el caballo.