Nadie puede negar que los pilates tuvieron un boom gigante en los últimos años, aunque si hablamos de pioneras en esta práctica en México, el nombre de Rocío Ruiz entra en la conversación.
Lo que comenzó como una práctica personal a los 19 años, terminó convirtiéndose en un proyecto que resultó en PLT, uno de los estudios de pilates más reconocidos de la ciudad. Platicamos con ella sobre sus inicios, retos y planes futuros.
Se podría decir que este proyecto nunca estuvo en los planes de Rocío Ruiz, ya que estudió Derecho, pero nos contó que siempre sintió que le faltaba algo. Así, el destino (y una profunda pasión por el deporte y bienestar) la llevaron por otro camino.
Tras vivir en Dallas, donde se certificó y encontró a su mentora en el pilates, Rocío regresó a México con una certeza: su vocación estaba en esta disciplina.
Impulsada por su familia, nace PLT en 2015. Desde que abrió las puertas, Rocío tuvo claro que quería ofrecer algo distinto. En un momento en el que el pilates se percibía como una disciplina lenta y hasta cierto punto monótona, ella apostó por revolucionarlo. Diseñó un método propio que fusiona el pilates clásico con ejercicios de cardio, logrando clases retadoras, dinámicas y efectivas.
Hoy, PLT ofrece tres modalidades: Pilates Fit, con movimientos clásicos de pilates en una versión más ágil; Pilates Bar, que incorpora bloques de cardio para elevar la intensidad; y Pilates Jump, que combina rebote, fuerza y control corporal. Pero más allá del esfuerzo físico, lo que Rocío busca es que cada persona viva una experiencia transformadora: "Para mí, pilates es una forma de estar presente, de regalarte 50 minutos de conexión contigo".
Nos platicó que ser pionera en el mundo del pilates en México no fue tarea fácil. Rocío Ruiz fue de las primeras en apostar por esta disciplina como un método completo de ejercicio físico y mental, pero con el tiempo llegó el boom: comenzaron a abrir más estudios, la competencia creció y, aunque al inicio fue difícil ver cómo el mercado se llenaba, hoy lo valora como una señal de que más personas están conectando con la filosofía del pilates, algo que la llena de satisfacción.
“Mi intención y misión siempre ha sido ayudar a la gente a conectar y a transmitir ese bienestar, a inspirar a la gente a sentirse bien por dentro para poder estar bien por fuera. Si esto inspira a la gente a que se anime a poner su propio estudio, al final del día pues significa que he estado cumpliendo mi misión” reflexiona.
Pero lejos de rendirse ante todos los retos, como también lo fue la pandemia, que la obligó a cerrar sus estudios, Rocío sigue adelante. Hoy, tiene sucursales en Bosques y en Polanco, y se prepara para una nueva etapa: abrir su próximo estudio en Cancún, esta vez junto a su mejor amiga, un proyecto que la ilusiona no solo por lo profesional, sino porque la acerca a Miami, donde actualmente vive.
“Poco a poco siento que me estoy acercando a abrir algo también acá”, dice. La apertura está planeada para mayo.
Hoy, más que un estudio, PLT representa una comunidad, un estilo de vida y una filosofía que fusiona el movimiento con la conexión interior. Rocío Ruiz ha logrado transformar su propia experiencia en una propuesta única que sigue creciendo y evolucionando, sin perder su esencia: hacer del pilates un espacio de poder, transformación y bienestar.
