MYKA nació del sueño compartido de una pareja: Natalia Morales y Javier Ezquerro. Unidos por su amor a la cocina, su espíritu emprendedor y el deseo de construir algo propio en familia, crearon un concepto que transforma el yogurt griego en un postre premium, saludable y lleno de sabor.
Lo que comenzó como una idea inspirada en un viaje a Grecia, pronto conquistó a Madrid, convirtiéndose en uno de los spots más populares de la ciudad. Ahora, ese éxito cruza el océano para llegar a México, su país natal, donde MYKA promete convertirse en un imperdible para los amantes del buen comer.
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Conoce la historia de MYKA, el nuevo hotspot en CDMX que sí o sí tienes que probar
La historia de MYKA comienza mucho antes de su apertura en Madrid. Natalia Morales, chef repostera especializada en alta repostería francesa por Le Cordon Bleu en París, descubrió desde niña su pasión por lo dulce.
Fundadora de Le Macaron Boutique en México, siempre ha estado ligada al mundo de la repostería. Por otro lado, su esposo, Javier Ezquerro, que también lleva el amor por la comida en la sangre al ser descendiente de la familia detrás de Banquetes Mayita, viene del mundo corporativo: trabajó por más de una década en Cinemex, donde llegó a ser director de operaciones y lideró la expansión de la cadena a Miami.
Barra de toppings(Cortesía )
Fue precisamente durante su tiempo viviendo en Estados Unidos, tras un proceso migratorio complicado y en plena pandemia, cuando encontraron una oportunidad para viajar a Grecia. Ese crucero se convirtió en una revelación: quedaron fascinados con la cultura, la calidez de su gente y la calidad de ingredientes como los dátiles, los higos, las nueces y, por supuesto, el yogurt griego auténtico. “Siempre nos había gustado el frozen yogurt, pero al probar el yogurt griego real en las islas y en Atenas, nos dimos cuenta de que era un producto completamente distinto”, cuentan.
Fue entonces cuando decidieron que no querían hacer un frozen yogurt más, sino algo auténtico. Así nace MYKA, un concepto que busca replicar un rinconcito de Grecia en cada ciudad donde se instale, con ingredientes de la mejor calidad que definitivamente no encontrarías en ninguna otra heladería.
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Después de abrir su primera sucursal en Madrid, a donde se fueron a vivir después de Miami, el éxito llegó muy rápido.
“Acabábamos de abrir y ya había filas interminables, ya nos habían empezado a publicar, ya empezábamos a ser virales. Entonces, la gente era de, ¿cómo lo hicieron? ¿Pero qué pagaron? ¿A qué medios contrataron? Era cero. Ninguna publicidad. Es de boca en boca,” recuerdan.
Después de ver ese éxito, sabían que tenían que llevar este proyecto a su país natal y compartirlo con la mayor cantidad de gente posible, y por supuesto, el recibimiento ha sido increíble desde su apertura, con gente haciendo cola para poder probar todo lo que tienen para ofrecer.
Natalia Morales (Cortesía )
Pero no planean quedarse ahí. Desde sus inicios, MYKA nació con la idea de dejar huella más allá de un solo país. Hoy, esa visión se materializa en un sólido plan de expansión global a través de franquicias. Natalia y Javier, fieles a su compromiso con la calidad y la esencia de la marca, han trabajado durante más de diez meses en el desarrollo de manuales, procesos y estándares que aseguren que cada nuevo punto MYKA mantenga intacta la experiencia original. Actualmente, ya tienen 143 franquicias firmadas en 13 países.
Cuando les preguntamos qué consejo le darían a alguien que busca emprender, su respuesta fue clara: la autenticidad.
“Crea algo que te represente, que te apasione y que sea único. La clave está en innovar, no en imitar”, aseguran. También destacaron la importancia de entender que emprender no es un camino fácil: habrá tropiezos, altibajos y momentos complicados, pero todo forma parte del proceso.
“No es suerte, es esfuerzo, constancia y aprender de cada caída”. Y aunque parezca que ya todo está hecho, creen firmemente que siempre hay espacio para nuevas ideas y conceptos. “El mundo sigue teniendo muchos huecos por llenar. Lo importante es no tener miedo y trabajar con dedicación”, afirman.
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Si vas a MYKA, nos compartieron algunas de sus combinaciones favoritas que, aseguran, son imperdibles. Javier siempre pide el MYKA especial que lleva compota de naranja, pistache, miel y aceite de oliva. Por otro lado, Natalia tiene dos: Una es el crumble de chocolate con flor de sal y compota de higo, y el otro es el clásico, que es el más popular, que tiene como topping baklava con pistache.
Frozen Yogurt MYKA(Cortesía )
Algo especial que tiene MYKA es que siempre tienen tres sabores disponibles: El yogurt griego natural, un sorbete para los veganos o intolerantes a la lactosa, y el yogurt griego con algo más, que puede ser vainilla, almendra, etc. Este último cambia cada primero de mes y le da un giro divertido para que sus clientes siempre puedan probar sabores nuevos que no se repiten.
El nombre MYKA no fue una elección al azar. Proviene de la palabra griega Mykare, que significa “brillar” o “el que es como Dios”. Para Natalia y Javier, esta idea de brillo tiene un significado especial. “Siempre decimos que tenemos una estrellita que nos ilumina el camino. En Estados Unidos, en México, nuestros proyectos, siempre ves la estrellita, es como que es muy representativo para nosotros”, comparten. Este es un proyecto que han construído en familia junto a sus dos hijas y que refleja la pasión y esfuerzo que han dejado en cada uno de los detalles.
Puedes visitar MYKA en Temístocles 33 y próximamente en su nueva sucursal en la calle Ámsterdam en la Condesa todos los días de 11am a 8pm.