El reloj marcaba las 8:00 pm, Alejandra estaba lista para dar el paso más importante de su vida y en está ocasión no precisamente en una pasarela. Las puertas de la iglesia se abren, las luces se prenden y con una entrada triunfal, la modelo tapatía inicia su camino rumbo al altar.
En exclusiva entramos a la boda de Alejandra Infante y Juan Pablo Canales
La ceremonia religiosa se llevó a cabo en La Parroquia San Juan Macías en Guadalajara el sábado 9 de diciembre alrededor de las ocho de la noche. Alejandra, como siempre, desfiló porte y elegancia luciendo un diseño custom made de Benito Santos. El vestido de encaje, manga larga y de estilo princesa en conjunto con las preciosas joyas de Elan High Jewelry, los zapatos Dione y el makeup y peinado de César Hernández de Luis Torres Salón hicieron que el bridal look de la modelo fuera clásico y la hiciera verse espectacular. Por su parte Juan Pablo Canales, “Peyo” para los amigos, también optó por un chaqué a la medida de Benito Santos, quien mantiene una relación muy cercana con Alejandra, lo que sumó un valor adicional a los looks.
Después de una emotiva celebración religiosa, llegó el momento de brindar junto a la nueva familia por su unión nupcial, la fiesta se celebró en Paseo del Bosque, una de las zonas residenciales más exclusivas de Guadalajara y eligieron como wedding planner a Fabiola Alférez. Todos los presentes disfrutaron de una deliciosa cena armonizada por música en vivo, y para brindar con los novios el protagonista fue Don Julio 1942, el tequila principal de la boda. Después de cenar los invitados tomaron un aperitivo cortesía de Corajillo y se prepararon para ver el first dance de los novios, quienes eligieron la canción: Something I Need de One Republic. La decoración jugó un papel indispensable: las bolas estilo disco en el techo y el letrero neón justo al frente de la pista fusionado con las flores y velas crearon una atmósfera sofisticada y elegante pero a la misma vez relajada.
Después, llegó el momento de bailar y darlo todo en la pista y para ese momento la novia eligió un segundo vestido de Benitos Santos, esta vez strapless, de lentejuelas en el que también se veía espectacular. Se bailó y se gozó cada segundo de la boda, pero sobre todo nos quedó claro claro que tanto Alejandro como Peyo recordarán esta noche por el resto de sus vidas.