Todo comienza en 2012, un viaje de experimentación y prueba y error. Con las especies espadín y cupreata, Amarás fue descubriendo la riqueza que tienen los agaves.
Para 2016 comenzaba una aventura en la que Logia Horno llegó al mundo, un mezcal que se gestó durante varios años, usando recetas innovadoras y agaves especiales. Este transcurso los llevó a la Mixteca en Oaxaca, donde tuvieron la suficiente suerte para encontrar el tesoro que no sabían que buscaban: el agave americana, de la subespecie local conocida como horno; una subespecie única recolectada por un matrimonio oaxaqueño.