Desde su infancia, Ana se encontraba totalmente envuelta en el mundo de la gastronomía. "Me encantaba estar dentro de la cocina, hacer cenas elegantes y sorprender a los invitados", nos platica Ana nostálgicamente. Su amor por los sabores auténticos, su impulso y deseo por crear experiencias culinarias únicas la llevaron a explorar cada vez más el mundo de la gastronomía mexicana.
Para ella tomar la decisión de convertirse en chef no fue tarea sencilla; en un punto de su vida se encontró atorada entre seguir su pasión por la gastronomía o tomar otro camino que en su caso fue el Derecho. Entró a la licenciatura pero, poco a poco el destino la impulsó a perseguir sus sueños y acabó donde siempre quiso estar: en la cocina. "Cuando me senté en un pupitre del cordón bleu, entendí que era donde iba a lograr ser feliz" platica la chef con una sonrisa en la boca. Es así que empezó su viaje hacia la realización de su sueño culinario.