Hace 6 años, Ana Molinar llegó al hospital para una revisión médica cuando su peñena hija tenía a penas 27 semanas de gestación. Ya con todo formado y con la única necesidad de esperar a su completa maduración, los doctores dieron a esta joven una noticia que, en ese momento, parecía terrible, Amaia tendría que nacer puesto que Ana tenía preeclampsia (presión arterial alta durante el embarazo) y presentaba síndrome de HELLP.
Ana Molinar llega a la Fil de Guadalajara para presentar su primer libro
Cinco días después de este diagnóstico había que obligar a Amaia a salir al mundo. “El doctor me decía que estaba muy chica para nacer”; Ana estaba en terapia intensiva y tanto ella como su primogénita no tenían altas expectativas de vida.
En ese momento la culpa la invadió. “algo estaba pasando en mi cuerpo y no sabía cuántos días más iba a poder retener a Amaia”, recuerda la ahora escritora, pero así como llegó este sentimiento, también logró sacar mucha fortaleza y pese a los pronósticos, con 826 gramos y 38 centímetros, nació una niña que cabía en la palma de la mano de su amorosa madre.
"Yo escribo mucho y es mi manera de reflexionar”, platica durante nuestra entrevista la joven blogger que ha compartido muchas experiencias a través de Momaholic su espacio virtual. Fue gracias a esta especie de terapia que se dio cuenta que “estaba enojada con mi propio cuerpo porque mi cuerpo y yo no habíamos podido cumplir con la primera tarea que se nos asignó que fue llegar a la semana 40 de embarazo”, menciona.
Atender estas trabas emocionales y al mismo tiempo pasar más de 70 días yendo al hospital para ver a su bebé, que se encontraba en incubadora, y posteriormente los años de terapias físicas y cognitivas que requirió Amaia para su desarrollo, claramente no fueron una labor sencilla para Ana, sin embargo menciona que nació en ella una fuerza que nunca había experimentado y que fue gracias a esta que pudo sobreponerse ante sus peculiares escenarios, “yo creo que ahora no podría”, bromea.
Pasaron cuatro años, Amaia ya siendo una niña con plena salud y Ana con mayores armas y conocimientos para entender, respetar y valorar el proceso que vivió, decidieron emprender un nuevo viaje juntas.
Cada día, a la hora de dormir, la pequeña pedía a su mamá un cuento, su cuento, el cual la escritora fue armando en el Block de notas de su celular, y pasado el tiempo durante la pandemia, tuvo la oportunidad de volver a visitar esos escritos y le surgió la inquietud de compartirlo con el mundo.
Mi pequeño gran superhéroe es la edición de aquellos escritos que Ana quería publicar y este año por fin lo logró a través de un libro infantil que tiene la intención de honrar a todos los niños prematuros que nacen día a día, “Sé que no solamente va a ayudar a un bebé prematuro para entender lo valiente y lo fuerte que és, sino que también va a ser un abrazo para las mamás, quiero decirles ‘estoy contigo en tu resiliencia, la entiendo y te admiro’”, añade la autora.
Este fin de semana, Ana llega a la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, uno de los escaparates más importantes para cualquier autor, pero aún más para alguien que presenta su primera obra. “Yo quiero que esto llegue a más gente y un día dije ‘voy a escribir a la Fil’ para ver si me daban un espacio sabiendo que a esta feria van los consagrados”, pero se armo de valor, mandó un mail con una breve reseña de su cuento y a poco tiempo recibía la conformación de su ponencia que sería durante el primer fin de semana de esta edición.
Pero este es solo el primer paso, ya que gracias a su comunidad ya tiene muchas peticiones en distintas partes del mundo como España y Colombia, pero sabe que no se detendrá en este camino y ya planea la traducción de este libro para seguir honrando la vida de Amaia, su pequeña gran superheroína