Damian Suárez llegó a México luego de salir de Venezuela, su país natal. Tuvo una breve estancia en Chile, donde se convirtió en modelo y conductor de Chilevisión, pero esa no era su pasión, ya que siempre se ha sabido un artista plástico y aunque ya tenía camino recorrido en esa rama de su vida, tuvo que volver a empezar cuando tomó la decisión de adoptar a nuestro país como su segunda patria.
Damián Suárez: un artista que comunica a través del hilo
“A los 23 años me fui de Venezuela, fueron años muy intensos donde me dí cuenta de que no era lo que quería, estaba haciendo todo eso porque me sentía aplastado socialmente y sentía que todo el mundo me limitaba, la televisión era el único lugar en donde encontraba el reconocimiento que necesitaba, pero no lo estaba haciendo por pasión”, reconoce este atractivo joven de pelo rizo que llama la atención por su personalidad llena de brillo.
Su vida siempre ha transcurrido en diversas aguas, no solo laboral, sino también educativamente, “Estudie negocios internacionales y al mismo tiempo trabajé como actor y modelo. Por otra parte era asistente de un colectivo de artistas textiles, y fue ahí donde comenzó mi exploración con los distintos materiales que ahora uso”.
Su más importante acercamiento a este mundo fue cuando, en Venezuela “era el esclavo intelectual de un artista que hoy en día tiene una gran carrera, pero básicamente yo le hacía toda la producción de obras a cambio de poder vivir en su casa. Se puede decir que a los 19 años yo ya estaba ganando premios en Bienales pero sin crédito alguno”, recuerda de su pasado.
Pero salió de ahí. No solo por esa ilusión de superarse, sino porque desde siempre supo que él había llegado a este mundo para expresarse, ser libre y comunicar. “Salí de esa montaña en medio de la nada en contra de cualquier pronostico. Salí de un país que se venía abajo, una familia que no me apoyaba y un sistema que estaba en mi contra al ser gay y de color”.
Ahora está listo para contar su historia, misma que tiene nueve años escribiéndola en nuestro país. “En este punto tengo claro que si salí de ahí y el universo me ha permitido complir mis sueños, es por algo y tengo mucha responsabilidad. Me he dado cuenta de que no necesito ser reconocido por el mundo para sentirme valorado, al contrario, lo estoy haciendo por un legado, algo mucho más fuerte que mi ego”, reconoce.
Sobre su trabajo, Damian se autodescribe como una persona de energía fuerte, mismo que podemos constatar luego de esta plática, “Mi obra es un testimonio de perseverancia y compromiso, de toda esa energía que he querido poner ahí para decirle algo al mundo que va más allá de mis ideas y de la crisis humanitaria, son símbolos que significan nada y a la misma vez todo”, menciona.
También se sincera cuando menciona que tenía miedo de fracasar al pensar en las expectativas que la gente podría tener de el o de su obra, Pensé que nunca más iba a tener aquel reconocimiento que obtuve en mi trabajo pasado, pero este proyecto tan lindo me ha llevado por lugares inimaginables, a tener un lugar en la escena plástica mexicana y latinoamericana que nunca me hubiera imaginado. He llegado a tener la atención de empresas enormes”.
“Hoy en día tengo mucho apoyo de empresarios e inversionistas mexicanos. Alejandro Ramírez tiene piezas mías desde 2014, es una bendición para mí tener el acceso a personas como ellos. Jorge Pérez me acaba de comprar dos obras para el Pérez Museum de Miami que es una de las colecciones más importantes del mundo. Básicamente estoy en una posición increíble y tengo mucha responsabilidad con mi gente y con todas las causas que estoy representado, quiero mostrar el talento de artistas latinoamericanos que no tienen donde exponerlo”. Añade.
Pero además del trabajo de estudio, recientemente este artista abrió SS Gallery, un espacio expositivo donde más allá de mostrar su trabajo, también intentará compartir el talento de otros artistas latinoamericanos. “Es un espacio para expandir mis ideas. Llevan 5 meses restaurándolo, es una casa art deco de los años treinta con increíbles acabados y muy característicos de cómo se insertó esta corriente en México”, finaliza.