Es cierto, vivimos un momento vibrante para la diversidad. Pero aún hay historias de acoso, represión y discriminación que nos recuerdan la importancia de seguir visibilizando la libertad. Estas historias son un contundente testimonio.
La Divaza, creador de contenido, comparte este testimonio. Este texto se publicó en la edición 461 del mes de junio de Quién con el título My Coming Out Story.
De niño nunca pensé que lo que sentía estaba “mal”, mi familia prefería no tener un hijo homosexual y por ende no tenía alguien con quien hablarlo. A pesar de esto estaba seguro que me gustaban más los chicos que las chicas.
No era una persona muy social y no podía salir del closet en mi entorno así que recurrí al internet. Fue un espacio dónde podía ser yo mismo hasta que llegó mi mejor amigo, orgullosamente gay, y me ayudó a comprender que lo que sentía estaba bien. Me sentía validado cuando veía otras figuras del medio que eran como yo, ya que el ser gay siempre estuvo mal visto, significaba ser menos.
Aunque hemos avanzado en nuestras luchas como comunidad, aún hay cosas por lograr.
Decidí hacer videos siendo yo mismo, hace 10 años tenía una plataforma grande para mi país y fue ahí, con alrededor de 150K suscriptores, que decidí salir del closet con ellos. Tenía miles de personas escuchando lo que tenía que decir, fui honesto conmigo mismo, con mi familia que no lo aceptaba y jamás imaginé que tantas personas estuviesen apoyándome por finalmente decirlo.
Espero llegar a un mundo en el que salir del closet sea normalizado, aunque hemos avanzado en nuestras luchas como comunidad aún hay cosas por lograr. Escapé de ahí y tuve la oportunidad de salir del pueblo donde crecí para vivir mi vida en una gran ciudad, estoy aquí para los que no pueden hacerlo. La discriminación, la falta de atención en la salud y el abuso sigue siendo real para muchos, pero una de mis misiones es aportar un granito de arena para no dejar a ninguna persona LGBT atrás.
