Absolutamente todo es posible cuando se desea y se trabaja por conseguirlo, prueba de esto es el camino marcado por Veuve Clicquot. Para contar su historia, basta con trasladarnos a 1772 cuando Madame Clicquot, la gran dama del champagne, rompió con todo lo establecido e impuso sus ideas en un mundo dominado por hombres. Con tan solo 27 años, y tras enviudar, ella tomó en sus manos su propio destino y asumió el control del negocio con pasión y determinación.
Veuve Clicquot celebra el orgullo de ser mujer
Esta audaz e inteligente mujer fue, sin duda, una visionaria capaz de correr riesgos, inflexible tanto al tomar decisiones, como al momento de crear sus vinos, pues siempre utilizó técnicas de producción innovadoras. En unos pocos años, ella transformó un sueño en realidad, haciendo de su nombre un sinónimo de excelencia que hoy resuena por todo el planeta.
Después, los éxitos comenzaron a llegar, en 1810 se creó el primer vintage en la región de Champagne, en 1814 se enviaron 10,550 botellas a Rusia consiguiendo gran reconocimiento, y en 1818 se creó la primera “asamblage Rosé”. Como esta, pocas historias son tan inspiradoras para mujeres que hoy buscan trazar su propio camino, bajo sus reglas y sin pedir permiso.
Todo este aprendizaje perdura hasta nuestros días, la marca muestra su mejor actitud frente a las causas de las mujeres con acciones concretas como Bold by Veuve Clicquot. Este proyecto busca crear una comunidad de mujeres líderes en el mundo, reconociendo el trabajo de quienes hoy abren puertas para sí mismas y para otras.
Hace poco y en el marco del Día Internacional de la Mujer, Veuve Clicquot formó parte de 31 Mujeres que Amamos, evento organizado por Quién que reconoce la trayectoria de mujeres que nos inspiran todos los días a soñar con nuevas metas. A la premiación acudieron actrices como la diva del cine Silvia Pinal, Lizeth Selene y Maya Zapata, las restauranteras María Elena Lugo y Ju Hee, las periodistas Katia D’Artigues y Marion Reimers, solo por mencionar algunas de la larga lista de invitadas que celebraron su trabajo constante con una copa de champagne y el legado vivo de madame Clicquot.