Fue una idea que se les ocurrió a los dos. Andrea ama cocinar, pero su papá es el verdadero pro de la familia, con diplomados en cocina y repostería en Barcelona, además, es el que se encarga de los banquetes familiares.
La idea tenía tiempo dándoles vueltas en la cabeza, hasta que por fin decidieron materializarlo a través de The Bluebird Bakery Bistro, un proyecto ideado para pasar tiempo juntos y de paso hacer negocio en familia.
Se trata de una pastelería bistro online, algo que se ha explorado poco en el país y que en tiempos como estos se ha hecho más que necesario. “Por ahora sólo funciona para compras online y delivery, pero eventualmente queremos abrir un local tipo café” nos contó Andrea emocionada.
Esteban lo define como una fusión gastronómica de culturas donde se trata de llevar la comida mexicana, libanesa y americana a la categoría comfort food o comida reconfortante, “de la que te pone de buenas y que te da calor”, como él mismo la describe.
El menú es bastante ecléctico y está basado en recetas de la familia que han pasado de generación en generación. “Es una combinación de productos que en pocos lugares puedes encontrar, además de que todo lo hacemos de forma súper artesanal y con ingredientes de la más alta calidad”, menciona Andrea orgullosa.
No son una pastelería clásica. Tienen desde los clásicos dulces árabes como dedos de novia y ghraybehs, hasta postres tipo cheesecake, galletas y scones, además tienen área gourmet con chiles cowboy candy y salsa macha, entre otros.
Ambos son fans de las redes sociales, así que en ellas encontraron la mejor forma de darse a conocer y estar en contacto con su público meta. “Nuestros productos se pueden pedir por Instagram y WhatsApp; en poco tiempo en Facebook, tienda online, y pronto tendremos nuestra propia App. Por ahora contamos sólo con servicio a domicilio”, agrega Andrea, quien planea estudiar Diseño Industrial.
Para esta temporada recomiendan los dulces árabes como regalo o detalle especial, también el pastel de dátil, nuez y naranja tatemada, que si bien no es propiamente navideño, queda perfecto con la temporada y las reuniones familiares.
Dice Andrea que hasta antes del covid, las fiestas navideñas de su familia eran grandes y se extendían hasta la madrugada. Sabe que este año será diferente, pero que el sabor y el buen comer no se pueden limitar por la cuarentena. “Los 12 o 15 platillos que hacemos cada año, seguramente regresarán”, dice Esteban entre risas.
Por ahora saben que se viene una temporada alta de pedidos, algo que les emociona. Sus clientes han quedado más que satisfechos y eso los impulsa a crecer.
