Rosa Montero, la autora española que escribe a 338 manos

Tienes 17 novelas publicadas, muchos podrían pensar que un escritor con esos números es “inalcanzable” para sus lectores. ¿Cómo logras esa cercanía con la gente?
Me gusta muchísimo la gente, me interesan las personas. Alguien tiene que ser muy aburrido como para que no me interese, porque siento que somos animales sociales que no pueden vivir sin los demás. Sigo mi vida tan normal como siempre, pero además es que la gente es genial, es cariñosa y generosa que me siento en deuda con todos ellos, además de que, bueno, no sé vivir de otra manera.

¿Cómo se logra persuadir a la gente para escribir sus propios relatos?
No tuve que empujarlos ni los convencí, fueron ellos lo que me empujaron a mí. Durante la pandemia, con la pena que me daba todo el mundo por la tristeza que había, pensé en algo para animar a la gente, así que empecé a hacer unos directos en Facebook, dos veces a la semana durante más de tres meses. Vinieron cientos de personas que se entusiasmaron mucho. Todo se convirtió en una especie de taller literario con ejercicios que yo leía y revisaba. Después les sugerí escribir cuentos cortos y fue como lanzar una piedra en un panal de abejas y eso fue mágico. De ahí surgió la idea de hacer un libro con prólogo mío y dije que sí. Al final quedaron 168 cuentos hechos de autores de 23 países. Algo importante es que fueron ellos quienes encontraron una editorial y hasta le pusieron el título; “Encuentros con Rosa”. Todos son cuentos editados de una forma profesional y única.

¿Imaginaste llegar a tanta gente?
Para nada. Lo único que yo quería es animar un poco a la gente. Ha sido un milagro de talento, complicidad, comunicación y cohesión social. Es un milagro que demuestra que al arte nos salva la vida en los momentos más oscuros y que todos estamos predispuestos para el arte porque todos tenemos capacidad para crear.

¿Cómo autora y lectora, qué es lo mejor de un relato o cuento corto?
Es como asomarse a una ventana y ver un paisaje. La novela en cambio es salir de casa y caminar por ese paisaje hacia un horizonte que no conoces. Lo mejor de un relato es que esa visión sea profunda, evocadora y que te haga ver un mundo.

¿Saldrán en físico próximamente o por ahora serán sólo ebooks?
Ambos libros estarán en físico desde finales de noviembre, incluso en México. Habrá incluso una antología ideada por la mexicana Maru San Martín, quien con un jurado compuesto por la especialista en cuento corto Beatriz Meyer y la novelista Alicia Flores han elegido 25 cuentos (y cinco más). El libro se titulará Labios rojos, chocolate y una rosa.

Hay relatos de más de 20 países ¿qué similitudes y diferencias (culturales quizá) encontraste entre ellos?
No hay muchas diferencias culturales entre ellos. Hay un relato argentino tremendo sobre la dictadura, algunos españoles que hablan de la guerra, pero lo que más se nota son aquellas cosas que se refieren a realidades políticas e históricas.

¿Por qué Chocolate y Carmín?
Se trataba de un ejercicio de unir personajes cuyas definiciones fueron las más votadas. Una de ellas era sobre una mujer que se pintaba cuidadosamente los labios con carmín y se iba a dormir. La otra es un tipo que era alérgico al chocolate y a las personas que vivía en una azotea entre palomas y libros viejos. En realidad los dos libros son iguales de buenos, pero no queríamos poner volumen 1 y volumen 2 porque así parecería que uno va antes que el otro.

¿Cómo es trabajar con una editorial mexicana (Literálika)?
Ha sido un gusto enorme trabajar con ellos porque me parecen una editorial y una fundación maravillosa que han visto la riqueza de esto desde el inicio. Estoy entusiasmada de que estemos todos en un mismo barco.

Un porcentaje de las ventas van para organización benéfica…
Sí, desde luego ni los autores ni yo como prologuista recibiremos algo. Esto va para una organización sin fines de lucro: la ONG Families4Space que ayuda niños migrantes.

Tu autor más joven tiene 12 años y tienes algunos mayores de 60...
Es una española de 12 años y tiene un cuento maravilloso que habla de un abuelo. Estoy seguro que en ella se ha descubierto un gran talento de la lengua. La mayor tiene 76 años y es también maravillosa.

¿Cuál es la gran lección que podemos aprender de la pandemia?
Muchas lecciones, pero no creo que las estemos aprendido. Tendríamos que aprender lo contrario a lo que estamos haciendo, como la solidaridad y cuidarnos unos a otros sin divisiones. Tenemos que aprender a bajar la agresividad tanto en la política como en la calle.

Háblanos un poco de "La buena suerte", una de tus obras más recientes…
Estoy muy contenta porque en realidad es una novela de misterio y no policíaca aunque hay policías y delincuentes. Es una historia de misterio existencial porque tiene una intriga muy fuerte que atrapa a la gente. Detrás de la intriga hay una historia sobre el bien y el mal, de ese mal en mayúsculas, sin sentido y aterrador que vuelve loco. La novela dice que las religiones se inventaron para darle al mal un sentido y para que no nos destruya. Es una novela también sobre las buenas y malas personas y sobre la capacidad de reconstruir una vida.

¿Cuáles son tus proyectos para el 2021?
Estoy promoviendo como loca "La buena suerte", pero tengo cuatro libros en fila, como una especie de ensayo en el que estoy trabajando que más bien es un libro raro de medio ficción y ensayo sobre la locura. Sigo con mis libros de ciencia ficción y una novela que me emociona mucho, además de otro ensayo. No sé si voy a tener vida para tanto.