En julio pasado, Paloma Cuevas y Enrique Ponce decidieron hacer pública su separación, con lo que se ponía fin a la era de una de las parejas más in de España tras 24 años de vida en común, algo que dejó en shock al jet set internacional y que ahora obliga a la empresaria y al torero a pensar en algo mucho más importante.
Después de dar a conocer el 2 de septiembre que su divorcio se firmará de común acuerdo, con un mismo abogado para los dos, ya que la relación entre ellos sigue siendo cordial, por lo que no se contempla una anulación de su matrimonio eclesiástico, ahora deben cuidar de sus dos hijas.