Mónica es autora y fundadora de Nutrición Energética. Tiene una Licenciatura y Maestría en Nutrición por la Universidad de Columbia en Nueva York y trabaja como experta de nutrición en la tele y el radio. ¡Esperemos disfrutes sus consejos!
Hoy en día estamos viviendo una situación muy difícil, en donde el encierro, la incertidumbre y los cambios hacen que recurramos a la comida para sentirnos tranquilos. De hecho, una de las preguntas más frecuentes que he recibido por parte de mis pacientes es: ¿cómo puedo dejar de comer por ansiedad? Y es por eso que el día de hoy decidí compartir este artículo contigo.
Primero que nada, quiero que entiendas que la nutrición emocional se refiere a aquellas veces que recurrimos a la comida para sentirnos más cómodas, para aliviar el estrés o para recompensarnos. Va más allá de satisfacer el hambre física, y generalmente tendemos a buscar comida chatarra, dulces y otros alimentos poco saludables.
Desafortunadamente, la alimentación emocional no soluciona los problemas emocionales, de hecho, generalmente nos hace sentir peor. Después de un atracón de comida no solo permanece el problema emocional original, sino que también nos sentimos culpables por comer en exceso.
Quiero que te quede claro que el hambre emocional no se puede llenar con comida. Puede que comer se sienta bien en el momento, pero los sentimientos que desencadenaron el uso de la comida todavía están ahí y, por si fuera poco, muy seguramente te juzgas por haber comido, por equivocarte y no tener más fuerza de voluntad.