Jerónimo Serrano y su carta que hizo reflexionar durante la pandemia
El joven mexicano de 20 años ha inspirado a miles de personas con un texto sobre el momento histórico en el que estamos. Dejó claro: 'Estás aquí, estás sano y estás vivo.
Estamos viviendo tiempos difíciles, de incertidumbre, llenos de noticias que parecen cada vez peores. Nos llenamos de cadenas, videos y tragedias que nos saturan hasta llegar a niveles de mucha preocupación. Nos sentimos solos, confundidos y aislados. La crisis que estamos pasando nos causa sentimientos que no llegamos a entender y creemos que sentirlos es malo. La pausa que trae la cuarentena es un momento perfecto para aprender de nuestro pasado, replantear nuestro presente y cambiar el futuro.
Debemos de identificar nuestras emociones para así aceptarlas y después crecer. Siempre hemos escuchado "no sientas miedo", "tomate unos chochos", "evádelo", "se feliz todo el tiempo"; BASTA, está bien no estar bien. No hay emoción buena ni mala, lo que vamos experimentando en nuestro cuerpo y corazón es necesario para seguir creciendo, ir superando nuestras propias batallas e irnos dando cuenta que todo suma. Tú eres el único que decide desde qué perspectiva ves la vida.
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Analicemos lo bueno de las emociones que estamos sintiendo en esta crisis:
• El miedo nos ayuda a tomar precauciones y reaccionar para reacomodar tu vida. No es bueno ni malo, simplemente está para darnos "cachetadas" y hacernos reaccionar ante cualquier situación.
• La tristeza te va a ayudar a ver qué no está funcionando en tu vida. Nos motiva a pedir ayuda, tratar de salir adelante de cualquier dificultad.
• El enojo llega justo cuando las cosas no salen como queremos. Ahora nos da la oportunidad de impulsarnos y superar nuestros obstáculos. También nos ayuda a desarrollar la paciencia porque no hay de otra.
Ahora, ¿te queda claro lo importante y necesario de expresar todas las emociones, aunque parezcan negativas? hoy es necesario que aprendamos a no evadirlas, enfrentarlas y seguir adelante. Nada es bueno ni malo, sólo debemos evitar caer en los extremos: Está bien sentir miedo pero no terror, sentir tristeza pero no caer en depresión y sentir enojo pero no ser insoportable.
Dejemos de preocuparnos y empecemos a ocuparnos. Basta de tratar de solucionar todo, hay que aprender a esperar y entender que no podemos hacer lo que queremos en el tiempo que queremos. Empecemos por fluir día a día, dejemos de sufrir por cosas que no han pasado, no hay que ocupar nuestra cabeza en algo que no podemos resolver, tengamos fe y confiemos. Nosotros tenemos todas las capacidades para lograrlo, debemos hacer conciencia de que nada es garantía, no sabemos dónde vamos a estar mañana.
Aprovechemos HOY: limpia tu clóset, tira todo lo que no sirve o toma un espacio para meditar y subir tu energía. Nos la vivimos hablando de trabajo, de tarea, de las fiestas, vivimos en una vida inacabable. Hoy tenemos la oportunidad de poner el reflector hacia nosotros: enfréntate, conócete, retate y sánate. No perdamos más el tiempo. Esta pandemia nos ha enseñado nuestra propia fragilidad, no tenemos la cura, no existe medicina que ayude, no hay suficientes camas en hospitales ni respiradores, por más cuarentena que hagamos no podemos decidir si nos enfermamos o no. Nos hemos dado cuenta de lo vulnerables que somos, pero ¿qué nos queda ante esto? el arte de fluir.
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El dolor llega pero sufrir es opcional, tomémoslo con la mejor actitud. Es momento de mandarle señales positivas a nuestro cerebro. Tu cuerpo escucha.
Cuando la situación es buena, disfrútala. Cuando la situación es mala, transfórmala. Cuando la situación no puede ser transformada, transfórmate.
Victor Frankl
Definitivamente no podemos seguir viviendo como vivíamos, está claro que lo de antes no estaba funcionando porque ahora nos lo estamos cuestionando. Cuando todo termine, no podemos volver a la normalidad, porque la normalidad era el problema. Tenemos que dar un giro, tomar conciencia y evolucionar. Hoy seguimos encerrados pero podemos aprovechar para crear comunidad, ser empáticos, ayudar, ver al otro y no encerrarnos en nuestra propia necesidad, hay que crear lazos.
Profundicemos en nuestra esencia y démosle valor a lo que realmente importa, te tengo una buena noticia: estás aquí, estás sano y estás vivo. Es momento de agradecer, no todo es tan malo. Qué increíble comer diario con tu familia, tener a tu papá trabajando desde tu casa, qué increíble que le puedas marcar a tus abuelos, qué increíble tener un ratito extra con los que más queremos. Valoremos lo bueno, hay mucho que agradecer, fijémonos en los pequeños detalles, ahí está la felicidad. Hay que ser empáticos, estamos viviendo lo mismo todos. Nadie se escapa.
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Esta pandemia nos ha enseñado que todos somos iguales, es una "cachetada" que nos deja claro que no ataca por grupos. Aprovechemos para entrar en equilibrio y transformar nuestro miedo en evolución. Confía en ti, confía en tu sabiduría y en la relación única e irrepetible con Dios, si es que crees en él. Todos tienen la suya, está en nosotros. No es fácil pero es momento de vivir lo que decimos que creemos y aplicarlo en lo cotidiano. No nos queda de otra mas que tomar la vida como viene y ahora viene con todo esto.
Del pasado nada es bueno ni malo, todo es aprendizaje y forma parte de lo que eres hoy. El presente es el aquí y el ahora. Tienes que vivir el día a día: dejarte sentir, actuar y poner lo mejor en el hoy. Mañana no sabes si estarás. Hay que fluir, ocuparse y no preocuparse. La vida nos está dando un regalo chi***n en un empaque de la chi***da. Aunque parezca difícil de ver, estoy seguro de que algo bueno vendrá de esta crisis. Está en cada uno de nosotros el hacer que salga.