Ana Bueron: su manera de evitar la explotación laboral y ambiental en la moda

Este proyecto nació del deseo de hacer algo más que reciclar basura o llevar una vida zero waste. Todo comenzó cuando Ana Karen leyó un reporte de la Fundación Mac Arthur llamado “A New Textiles Economy: Redesigning Fashion’s Future” en el que informaba que la industria textil produce 1,200 millones de emisiones de efecto invernadero cada año (más que todos los vuelos internacionales y los envíos de paquetería juntos), SÍ, nosotros también nos traumamos. Asimismo, leyó sobre las condiciones laborales inhumanas que existen en este sector y le impactó mucho. “Siempre he sido muy sensible a mi entorno, la verdad es que empecé esto porque me afectaba que otras mujeres y niños vivieran así” contó. Además, la fundadora recalcó uno de los datos más duros y verdaderos: el 80% del tiempo sólo utilizamos el 20% de nuestra ropa, por lo que decidió comenzar haciendo un intercambio de ropa entre sus amigas y así, poco a poco, fue creciendo este proyecto.

Al preguntarle a Ana sobre la industria de la moda rápida su respuesta fue muy clara: lo barato cuesta mucho. La industria ha creado impulso en cuanto a comprar, nos ha hecho creer que necesitamos más, y nos ha hecho pensar que la ropa es desechable, restándole cada vez más su verdadero valor.

Ana Karen nos contó que los trueques han cambiado mucho desde que empezaron en septiembre de 2019. “En el primer trueque, no estaba segura de qué estaba haciendo, solo sabía el por qué”, confesó. Los primeros fueron en la sala del departamento en el que vive. Cada persona debía de llevar de 1 a 15 prendas con su nombre para intercambiarlas. “Me acuerdo que yo saqué un suéter que llevaba seis meses sin usar y una de mis mejores amigas se lo llevó feliz, tan feliz como cuando yo lo compré hace unos años”. Después fue creciendo más, y hasta ahora llevan seis trueques en ocho meses. El próximo se pospuso por el Covid-19 pero tendrá lugar en Galera y se llamará Comunidad Consciente x Proyecto Palmera, donde habrán conferencias sobre consciencia de consumo, venta de productos sustentables (repostería vegana, ropa sustentable, bolsitas biodegradables, carbono activado y más), intervención de ropa por una artista en la prenda que tú quieras, una stylist que te ayudará a decir qué te queda o cómo combinar un outfit y, obvio, un trueque más grande de ropa de mujeres y hombres. “En cada trueque siempre menciono la importancia de cuestionarnos nuestra relación con el consumo y entender nuestro comportamiento como consumidor”, dijo.

Finalmente, la fundadora resaltó la importancia de apoyar la economía local en este momento, ya que muchos lugares han caído a causa del Covid-19. En días de encierro podemos comprar telas y ropa a productores locales, diseños a nuestros emprendedores de la zona, y no sólo al sector textil, sino también a aquellos agrónomos en chinampas productores de frutas y verduras ecológicas.
Por último, Ana Karen respondió a la pregunta: ¿qué hacen con la ropa que sobra? "Está destinada a irse a donación a casas hogar de niñas y mujeres", puntualizó.