Alfredo Harp Helú, un apasionado del beisbol
Hace unos días el empresario mexicano cumplió un sueño más, inauguró el estadio de beisbol Alfredo Harp Helú después de más de tres años invertidos en su construcción.
La nueva casa de Los Diablos Rojos tuvo una inversión aproximada de 3 mil millones de pesos con un diseño a cargo de los arquitectos Francisco González Pulido y Alonso de Garay inaugurado con un partido entre los anfitriones y los Padres de San Diego (equipo del que también es accionista desde 2012) con la presencia del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Alfredo Harp tiene una gran afición por el beisbol. En 1994, mismo año en que fue secuestrado por 106 días pagando un rescate estimado de 30 millones de dólares de acuerdo con El Universal, compró a los Diablos Rojos de México, equipo de beisbol del que se declaró fan desde su infancia.
El empresario de 75 años de origen libanés pasó su infancia en Oaxaca junto a su familia entre ellos su primo Carlos Slim Helú y donde después de ser liberado del secuestro se fue a vivir para reencontrarse con sus raíces. Apegado al cariño que tiene hacía ese estado, en 1996 compró a los Guerreros de Oaxaca.
Fue también ahí donde conoció a su actual y segunda esposa Isabel Grañén Porrúa, con quien tiene dos hijos, Santiago, de 19 años, y María Isabel, de 10. En su primer matrimonio con Silvia Calderoni, de quien se divorció después del secuestro, tuvo tres hijos; Alfredo, quien falleció a los 39 años debido a un infarto fulminante, Sissi y Charbel.
Su pasión por el deporte va más allá de adquirir equipos, escribió el libro Vivir y Morir Jugando Beisbol donde relata su vida personal, laboral y filantrópica en un juego de beisbol.
Y qué decir de su lado altruista, la fundación que lleva su nombre promueve proyectos enfocados en ámbitos culturales, de educación y obviamente del deporte. También cuenta con una academia de beisbol en Oaxaca que apoya a nuevos talentos.
Sin duda la pasión de Alfredo Harp Helú en sus proyectos se ven reflejados en los resultados.