Una de las coincidencias más desafortunadas que ha vivido la capital es la de los terremotos del 19 de septiembre de 1985 y 2017. Pero hay historias de esperanza que también se repiten. En 1985 la urgencia por rescatar a quienes quedaron atrapados obligó a que se reuniera espontáneamente un grupo de personas con características físicas que les permitían introducirse entre los escombros para sacar a los sobrevivientes pese a no tener entrenamiento. Luego estos personajes, que fueron bautizados como “los topos”, se agruparon, prepararon y participaron en emergencias aquí y en el mundo, siempre listos para cuando volvieran a ser requeridos en México. Lo cual sucedió 32 años después, cuando otra vez fueron héroes. Nuevamente, gracias.
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