René Drucker Colín
Sus trabajos sobre biología del sueño y enfermedades neurodegenerativas, como el Parkinson, le dieron la vuelta al mundo y ayudaron al avance en su tratamiento en áreas como los trasplantes. Y es que “amaba la inteligencia”, dijo Eduardo Vázquez, secretario de Cultura de la Ciudad de México, el 18 de septiembre durante el funeral de René Drucker, uno de los científicos más importantes que ha tenido el país. El doctor también tuvo un paso importante por la función pública, estuvo al frente de la Secretaría de Ciencia, Tecnología e Innovación capitalina. Pero quizá su más entrañable gestión haya sido la de gran divulgador de la ciencia tanto en la Universidad Nacional Autónoma de México –su alma máter y de la que era investigador emérito– como en Una pequeña dosis de ciencia, sus cápsulas para radio y televisión, en donde demostró que la ciencia bien explicada es accesible para todos.