Carlos Gaytán
En los tiempos de Trump, historias como la del chef Carlos Gaytán son necesarias. Su primer contacto con la cocina fue en su natal Huitzuco, en la sierra de Guerrero, donde ayudaba a vender la comida que preparaba Tere, su madre. Apenas cumplida la mayoría de edad, Gaytán viajó a Chicago para ponerse el uniforme de lavaloza –el puesto más bajo en el organigrama de una cocina– en el Sheraton North Shore Hotel. Con el temperamento de quien llega antes que nadie y apaga las luces al irse, Carlos ascendió en su camino –incluso fue el jefe de cocina de Dominique Tougne, en el Bistrot Margot– hasta que en 2008 abrió Mexique, un fine dining mexicano sin nachos ni margaritas. Su trabajo le valió ser el primer mexicano con una estrella Michelin y el reconocimiento en ambos países. Este año representó a México en Italia, España y los Emiratos Árabes y se le ha visto de regreso en el país atendiendo festivales gastronómicos y conferencias donde lo que busca es inspirar a los jóvenes cocineros mexicanos a ir por todas. Carlos está por abrir un restaurante en la Riviera Maya y suena fuerte una próxima apertura en la Ciudad de México.