De niña recuerdo haber soñado con ser amiga de la despiadada María Joaquina de la telenovela Carrusel. Hoy la vida me da la oportunidad de contarla entre una de las más cercanas y convivir con ella, ahora convertida en una tremenda actriz. He disfrutado verla mutar de un personaje a otro como si fuera cualquier cosa, ver con qué rapidez y facilidad se devora guiones y memoriza sus líneas. Me he emocionado hasta las lágrimas viéndola en el escenario personificar a un rango muy amplio de personajes en donde su ejecución es tan emocionante y profunda que hace que su belleza física pase a quinto plano. Mika emprende, busca, estudia, observa, escucha y siempre está en movimiento. Su alegría, vitalidad y talento son contagiosos y todos gozamos de sus carcajadas de niña que sólo despiertan magia. Siempre seré su fan.